Pinja Koponen dejó atrás su tierra natal para descubrir México, un país que la cautivó y en el que desea formar un hogar y formalizar su relación con la nación que la marcó profundamente.
El encanto del sur mexicano ha atrapado muchos corazones, pero pocos con tanta intensidad como el de Pinja Koponen, originaria de Helsinki, Finlandia. En Chiapas no solo encontró un lugar para vivir, sino también una nueva identidad. Su historia se ha difundido ampliamente por la sinceridad con la que habla sobre la transformación que ha experimentado gracias a México.
“Me conquistó la calidez de la gente, dije ‘qué tal’ son muy abiertos, es un país increíble”, compartió Pinja emocionada al rememorar sus primeras experiencias en tierras mexicanas.
A diferencia de la frialdad emocional que caracteriza a su país de origen, aquí encontró un ambiente que le permitió crecer y expresarse.
Pinja asegura que su sentido de pertenencia ha cambiado desde que llegó: “Me siento más mexicana que finlandesa”, afirmó con seguridad. La conexión no solo fue cultural o climática, sino también personal. Pronto conoció a su esposo, un mexicano con quien comparte su día a día y un proyecto de vida en común.
“Anhelo obtener la nacionalidad mexicana. Por eso me casé con un mexicano, pero todavía no la tengo, porque no tengo hijos, ya que en México las reglas para obtener la ciudadanía son distintas”, explicó, dejando claro que su deseo de formalizar su vínculo con el país también involucra aspectos legales.
Para ella, este proceso depende de formar una familia.
“Mi sueño es tener hijos mexicanos. Quiero tener dos junto con mi esposo”, confesó con cariño.
Además, reflexionó sobre las diferencias en las relaciones de pareja entre ambos países:
“La diferencia entre una pareja finlandesa y una mexicana está en la atención, los mexicanos cuidan los detalles, son más caballerosos en ciertos aspectos y expresan sus emociones, algo que en Finlandia no es común”.
Más allá del amor o del interés por la nacionalidad, lo que destaca en su relato es el redescubrimiento personal. Vivir en México le permitió ser más libre emocionalmente y mostrar facetas de su carácter que antes mantenía ocultas. “Al llegar a México pude expresar mi personalidad, algo que en mi país no me era posible”, afirmó.
Así, la experiencia de Pinja Koponen no solo refleja un cambio de residencia, sino un cambio de vida. En Chiapas encontró una nueva familia, emociones renovadas y un sueño por realizar: tener hijos mexicanos y formalizar legalmente su amor por una nación que ya siente como propia.