


















Uno de los trucos más simples pero que más ingenio y ojo requieren para conseguir resultados realmente buenos es el de forzar una perspectiva distinta para que la imagen parezca literalmente muy distinta a como realmente es. Arriesgar a la hora de hacer una foto desde el suelo, ir girando la posición de la cámara en la mano, invitar a que quien sale en la foto acompañe al juego y en definitiva romper con lo establecido, a veces puede redundar en resultados increíbles