Durante el verano, no solo es importante ajustar la rutina de cuidado facial, también es clave adaptar el maquillaje a las altas temperaturas, la exposición solar y el ritmo agitado de esta temporada. No hacerlo puede provocar errores comunes que, según Marta Arce, maquilladora profesional y directora creativa de la firma U/1ST, afectan tanto la apariencia como la salud de la piel.
Uno de los más frecuentes es usar productos en exceso, elegir tonos demasiado oscuros o aplicar brillos innecesarios.
"Muchas personas optan por bases más oscuras para lograr un efecto bronceado, pero esto endurece los rasgos, resta frescura y envejece el rostro, además de crear un contraste poco natural con el cuerpo", explica la experta.
Cuidado previo: la base de todo
Antes de aplicar maquillaje, es fundamental preparar bien la piel, sobre todo después de un día de sol, playa o piscina. Se debe comenzar con una limpieza adecuada para retirar restos de sal, arena o protector solar. Luego, hidratar con productos que contengan ingredientes humectantes que refuercen la barrera cutánea desde el interior.
Protector solar y maquillaje: aliados, no enemigos
Aunque el uso de bloqueador ha aumentado, todavía se comenten errores como usar un FPS insuficiente, no reaplicarlo o elegir fórmulas que no son compatibles con el maquillaje.
“La textura, la rapidez de absorción y la duración del protector son claves para que el maquillaje se mantenga intacto”, señala Arce.
Texturas ligeras y tonos neutros
Durante esta temporada, es recomendable evitar productos pesados, empolvados o con acabados brillantes, ya que tienden a cuartearse o derretirse. Las texturas demasiado cremosas, si no son resistentes al agua, pueden dar una apariencia desarreglada. En su lugar, se sugiere optar por fórmulas ligeras, tonos neutros y productos que cuiden la piel incluso bajo el sol.
Menos es más
La regla principal de la experta para el maquillaje de verano es simple: menos es más. Sombras muy oscuras, delineados gruesos y máscaras de pestañas recargadas endurecen la mirada. En cambio, un toque sutil, como una máscara transparente, aporta frescura al look.
Labios y mejillas: enfoque natural
Para labios y mejillas, la clave está en elegir productos de larga duración, resistentes al agua y tonos jugosos o naturales. Labiales cremosos o muy brillantes tienden a correrse, mientras que rubores empolvados o excesivamente cremosos pueden provocar parches en la piel húmeda.
“Es importante controlar la cantidad y el lugar donde se aplica”, concluye Arce.
Adaptar el maquillaje al clima cálido no solo mejora el resultado final, también ayuda a mantener la piel sana y radiante durante toda la temporada.