En el cuidado de la piel, especialmente para quienes tienen acné o piel grasa, entender el término comedogénico es fundamental. Un producto comedogénico contiene ingredientes que pueden obstruir los poros, provocando la aparición de puntos negros, espinillas y brotes de acné. Esta situación afecta incluso a celebridades como Bella Thorne, Kendall Jenner y Justin Bieber, quienes enfrentan este problema.
La palabra comedogénico proviene de comedón, el término técnico para referirse a puntos negros y espinillas. Cuando un poro se bloquea, se acumulan sebo, células muertas y bacterias, creando un ambiente propicio para el acné.
Los productos comedogénicos pueden encontrarse en cremas hidratantes, protectores solares, bases, aceites y otros cosméticos. Para evitar problemas en la piel, se recomienda optar por productos etiquetados como no comedogénicos o libres de aceite (oil-free), aunque lo más seguro es revisar la lista de ingredientes y usar herramientas digitales para evaluar su comedogenicidad.
Entre los ingredientes con mayor potencial para obstruir poros están aceites minerales como la vaselina, aceites naturales como el de coco o manteca de karité, ciertos alcoholes grasos, emulsionantes y fragancias artificiales. Mientras más arriba en la lista de ingredientes aparezcan estos componentes, mayor es su concentración y riesgo.
Evitar productos comedogénicos es esencial para quienes buscan controlar el acné, ya que previene la formación de nuevos brotes y mejora la eficacia de tratamientos dermatológicos, reduciendo la irritación y manteniendo la piel más saludable.
En resumen, un producto no comedogénico está diseñado para no bloquear los poros, usando ingredientes y texturas ligeras que permiten que la piel respire, ayudando a mantener un cutis limpio y sin imperfecciones.