Especialistas en salud sugieren el uso del mindfulness, o atención plena, como una herramienta eficaz para apoyar a personas con enfermedades crónicas. Esta práctica puede ayudar a reducir el estrés, mejorar la calidad de vida y promover una mayor consciencia del momento presente.
Humberto Bautista, vocero de PiSA Farmacéutica, explicó que el mindfulness no cura la enfermedad, pero sí permite al paciente conectar con su realidad actual, disminuir pensamientos negativos y enfocarse en sus capacidades. Esto es especialmente valioso en condiciones crónicas, donde la rutina médica puede provocar malestar emocional, alterar el sueño y aumentar la percepción del dolor.
El mindfulness consiste en técnicas de meditación y observación que fortalecen la conexión con el presente. Bautista destacó varios ejercicios útiles para pacientes con padecimientos de largo plazo, entre ellos:
Meditación guiada: enfoca la atención en la respiración y el cuerpo, guiada por un instructor o aplicación.
Dejar ir: ayuda a soltar pensamientos negativos, reconociendo que todo es pasajero.
Mente de principiante: invita a observar la vida diaria con apertura y curiosidad.
Ejercicio DROP: consiste en detenerse, respirar, observar lo que ocurre y luego continuar, promoviendo respuestas conscientes.
Atención a los sentidos: enfoca la percepción en sonidos, aromas y texturas sin juzgar.
Body Scan: recorre mentalmente el cuerpo para identificar sensaciones físicas y fomentar el autocuidado.
No juzgar: enseña a aceptar pensamientos y emociones sin etiquetarlos.
Aceptación: permite recibir experiencias internas sin resistencia.
Alimentación consciente: promueve comer con atención plena, reconociendo cada sabor y sensación.
Estas técnicas pueden practicarse con apoyo profesional o mediante plataformas digitales, y representan una forma accesible de mejorar el bienestar emocional de quienes viven con enfermedades crónicas.