El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, lanzó una seria advertencia sobre los riesgos que representa la inteligencia artificial generativa si continúa desarrollándose sin normas claras ni supervisión global.

Durante una reunión en Ginebra, Türk señaló que, aunque esta tecnología posee un enorme potencial, su uso con fines políticos o económicos puede provocar manipulación, distorsión de la información y un impacto directo en las libertades fundamentales.

Según el funcionario, la falta de garantías convierte a la IA en una posible amenaza para derechos humanos esenciales, como la privacidad, la libertad de expresión, la participación política y el derecho al trabajo.
En este sentido, advirtió que el despliegue acelerado de sistemas avanzados podría generar daños irreversibles y consecuencias impredecibles para la sociedad.

Türk subrayó que los derechos humanos suelen ser “las primeras víctimas” cuando grandes empresas tecnológicas introducen herramientas sin una regulación sólida.
Además, alertó sobre un problema paralelo: la creciente concentración de poder corporativo y la acumulación de riqueza en manos de unos pocos, un fenómeno que, en algunos casos, supera incluso el PIB de países enteros. Para Volker, cuando ese poder no está limitado por la ley, existe un alto riesgo de abuso y sometimiento.

Ante este panorama, la ONU llamó a los gobiernos a colaborar y establecer marcos globales que frenen estos riesgos antes de que la tecnología avance más rápido que la capacidad de proteger a las personas.