Intel confirmó su interés en participar en Coatlicue, la supercomputadora de 6,000 millones de pesos que el gobierno federal planea construir para renovar por completo la infraestructura de supercómputo en México.

La compañía tecnológica aseguró que ha seguido de cerca el desarrollo del proyecto y que quiere integrarse como proveedor, según informó Carlos Rebellón, gerente general de Intel en México y director de Gobierno y Políticas Públicas para Latinoamérica.

Rebellón destacó que el país atraviesa un momento clave en materia de tecnología avanzada.
Afirmó que actualmente existe un impulso institucional “que no se había visto antes” para fortalecer la capacidad científica y tecnológica nacional.

En conferencia de prensa, explicó que mientras el mercado habla de cómputo personal, existe una “tecnología hermana” destinada a centros de datos que ofrece mayores niveles de rendimiento y eficiencia energética, capacidades que consideran esenciales para Coatlicue.

La supercomputadora será el eje de la infraestructura renovada de México y se convertirá en una de las más potentes de América Latina.
Contará con 314 petaflops de potencia, más de 14,000 procesadores gráficos y un rendimiento equivalente al trabajo simultáneo de cientos de miles de computadoras.
Su uso abarcará sectores críticos como ciencia climática, salud, agricultura, predicción hidrológica, análisis fiscal y exploración petrolera para Pemex.

Rebellón recordó que Intel ya colabora con el gobierno mexicano en proyectos nacionales estratégicos, como el Centro Nacional de Diseño de Semiconductores Kutsari, donde la empresa participa en programas de entrenamiento y transferencia de conocimiento.

Según el directivo, este tipo de iniciativas buscan fortalecer las capacidades del país en áreas estratégicas para el futuro digital.

La compañía subrayó que su experiencia global en sistemas de alto rendimiento respalda su interés en Coatlicue.

Rebellón mencionó el caso del Barcelona Supercomputing Center, socio del gobierno mexicano, cuya infraestructura opera con tecnología Intel.
Esta trayectoria forma parte de los argumentos que la empresa presenta para ser tomada en cuenta dentro del proyecto.

Además, Intel ve en Coatlicue una oportunidad para aplicar sus avances en eficiencia energética.
Rebellón explicó que arquitecturas recientes, como la serie Intel Core Ultra 3, están diseñadas para reducir el consumo de energía, lo que se vuelve crucial cuando estas mejoras se multiplican por miles de servidores.

Señaló también que Intel trabaja con socios como Shell en sistemas de enfriamiento especializado para minimizar el impacto ambiental de los centros de datos.

El directivo añadió que la consolidación de servidores y el uso de generaciones más modernas de chips permiten reducir la cantidad de equipos requeridos para lograr el mismo rendimiento, lo que disminuye costos y alivia preocupaciones comunitarias sobre el alto consumo energético de estas instalaciones.

Para Intel, Coatlicue representa no solo un proyecto tecnológico, sino un paso decisivo para posicionar a México en la frontera del supercómputo.
“Hay un interés que no habíamos visto antes”, reiteró Rebellón, al señalar que esta infraestructura será fundamental para impulsar la investigación, la innovación y procesos gubernamentales de alto impacto.