Tras años de crecimiento acelerado, la industria de la inteligencia artificial (IA) generativa se acerca a un punto de tensión que marcará su rumbo en 2026.
Aunque la tecnología ha transformado múltiples sectores, expertos y empresas coinciden en que se avecinan desafíos económicos, laborales y sociales que pondrán a prueba su sostenibilidad.
Uno de los principales riesgos es el posible estallido de una burbuja de la IA.
Movimientos recientes de grandes inversores, como SoftBank o Peter Thiel —quienes vendieron sus acciones de Nvidia— han despertado dudas sobre la solidez del mercado.
Las enormes inversiones en chips y startups contrastan con beneficios aún limitados, y el modelo circular en el que los gigantes tecnológicos financian empresas para después venderles sus propios servicios genera inquietudes sobre su estabilidad.
Incluso Sundar Pichai, CEO de Alphabet, advirtió que si el sector sufre una crisis, “ninguna compañía se librará”.
El impacto en el empleo es otro foco central.
Según la Reserva Federal de Estados Unidos, la IA ya influye en la manera en que las empresas organizan su fuerza laboral, al tiempo que grandes tecnológicas justifican despidos bajo el argumento de aumentos de productividad.
Sin embargo, las proyecciones son contradictorias: mientras algunos especialistas anticipan cambios tan profundos que exigirían implementar una renta básica universal, otros prevén transformaciones graduales.
McKinsey calcula que un 30% de los empleos en EE.UU. podría automatizarse para 2030, mientras que Gartner estima que, para 2027, la IA creará más trabajos de los que eliminará.
A esto se suma el debate sobre la llegada de la superinteligencia.
Figuras del sector como Dario Amodei, de Anthropic, creen que la inteligencia artificial general (AGI) podría aparecer en 2026, mientras que Sam Altman, de OpenAI, proyecta avances capaces de generar descubrimientos científicos para 2028.
No obstante, voces críticas como Yann LeCun, de Meta, consideran exagerada la idea de crear “genios digitales” en centros de datos.
El ecosistema informativo también atraviesa una transformación profunda. La IA generativa está cambiando la manera en que se consumen las noticias, afectando directamente a los medios tradicionales.
Herramientas como los chatbots y las vistas previas de Google reutilizan contenido periodístico sin necesidad de visitar las páginas originales, reduciendo el tráfico y los ingresos publicitarios.
Expertos describen este momento como “el mayor cambio en la información desde la invención de la imprenta”.
Con expectativas divididas, la industria de la IA entra a 2026 con avances notables, pero también con interrogantes decisivos sobre su sostenibilidad económica, su impacto en la sociedad y su futuro ético y laboral.
