Los estándares HDMI y DisplayPort se han convertido en los más utilizados para transmitir video en dispositivos como televisores, monitores, ordenadores y tarjetas gráficas.
Ambos reemplazaron a conexiones ya obsoletas como VGA o DVI, y aunque comparten similitudes en calidad de imagen y sonido, presentan diferencias clave que influyen en cuál resulta más conveniente según el uso.
HDMI: el más popular y versátil
El HDMI (High-Definition Multimedia Interface) fue diseñado como evolución del VGA y DVI.
Su gran ventaja es que permite transmitir audio y video en un solo cable, simplificando las conexiones.
Se encuentra en televisores, consolas y reproductores, lo que lo convierte en el más extendido en la actualidad.
Este estándar cuenta con diferentes tipos de conectores (estándar, mini y micro) y versiones que han ido mejorando con el tiempo.
La más usada es la HDMI 2.0, que soporta 4K a 60 Hz, mientras que la HDMI 2.1 eleva el ancho de banda hasta 48 Gbps, permitiendo resoluciones de 8K a 120 Hz y compatibilidad con HDR dinámico.
DisplayPort: más potencia para ordenadores
El DisplayPort surgió en 2006 como una alternativa enfocada al mundo de la informática. Aunque menos común en televisores, es habitual en monitores y tarjetas gráficas.
Una de sus mayores ventajas es el soporte para varios monitores con un solo cable gracias a la tecnología Multi-Stream Transport (MST).
Su versión más avanzada, DisplayPort 2.0, ofrece un ancho de banda de 77,4 Gbps, capaz de alcanzar resoluciones de 8K con HDR a 60 Hz, 4K a 144 Hz o incluso 16K en el futuro.
Además, su integración con puertos USB-C lo convierte en una opción cada vez más atractiva para portátiles y dispositivos modernos.
Diferencias principales
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Extensión de uso: HDMI está presente en más dispositivos de consumo, mientras que DisplayPort domina en entornos de PC y monitores de alto rendimiento.
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Resolución y tasa de refresco: ambos soportan 8K, pero DisplayPort ofrece mayor ancho de banda y mejor desempeño en configuraciones de múltiples pantallas.
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Compatibilidad: HDMI es más universal, pero DisplayPort puede adaptarse a otros estándares como HDMI, VGA o DVI mediante adaptadores.
En conclusión, ambos estándares son complementarios.
El HDMI resulta más práctico para televisores, consolas y dispositivos de entretenimiento, mientras que el DisplayPort es ideal para quienes buscan máxima calidad gráfica y trabajo con varios monitores en entornos de PC.