En medio del creciente uso de inteligencia artificial para crear videos falsos, un equipo de investigadores en Estados Unidos ha desarrollado UNITE, una tecnología capaz de detectar deepfakes con gran precisión, incluso cuando no hay rostros involucrados.
Este avance representa una herramienta crucial para combatir la desinformación en redes sociales, medios y hasta en contextos legales.
La creación de UNITE (Universal Network for Identifying Tampered and SynthEtic videos) surge como respuesta al avance de la IA generativa, que hoy permite fabricar videos completos —desde rostros hasta fondos— con apariencia realista.
Esto ha superado las capacidades de los métodos tradicionales de detección, que se enfocaban únicamente en rasgos faciales.
Según Rohit Kundu, investigador de la Universidad de California en Riverside, la tecnología actual ya no se limita al intercambio de caras: “todo el video puede ser generado con IA”, por lo que se requiere una nueva estrategia.
UNITE destaca precisamente por analizar el movimiento, la coherencia visual y la naturalidad del entorno en el video, no solo las caras.
Para lograrlo, los científicos incorporaron el modelo visual-lingüístico SigLIP de Google, y lo integraron con mecanismos de transformers, una tecnología base de modelos como ChatGPT.
Además, implementaron un sistema innovador llamado attention-diversity loss, que obliga a la IA a distribuir su análisis en todas las áreas del video, evitando concentrarse solo en el rostro o el sujeto principal. Esto permite que detecte alteraciones sutiles en el fondo o movimientos artificiales.
Durante sus pruebas, UNITE logró identificar falsificaciones en distintos tipos de videos, desde escenas totalmente creadas por IA hasta grabaciones con fondos manipulados digitalmente.
En un test reciente con el exigente conjunto de datos DeMamba —que incluye contenido generado por plataformas como Sora—, alcanzó una precisión superior al 87%, superando ampliamente a modelos tradicionales de detección.
El equipo ya plantea usos concretos para esta tecnología, incluyendo la verificación de videos en redes sociales, la detección de contenidos falsos en plataformas digitales, y hasta la validación de material audiovisual en juicios o investigaciones periodísticas.
En un entorno donde ya no se puede confiar ciegamente en lo que se ve en pantalla, tecnologías como UNITE marcan un paso importante hacia la protección de la verdad en la era digital. Así, la misma inteligencia artificial que crea falsificaciones podría ser clave para combatirlas.