Xbox atraviesa uno de los momentos más complejos de su historia reciente: en plena bonanza financiera impulsada por su servicio de suscripción Game Pass, Microsoft ha puesto en marcha una reestructuración profunda que ya suma miles de despidos, cierres de estudios icónicos y cancelación de proyectos que llevaban años en desarrollo.
La división de videojuegos de Microsoft vendió solo 730,000 consolas en el primer cuatrimestre de 2025, muy por detrás de los 3.2 millones de PlayStation 5, según datos de Finbold.
Sin embargo, los ingresos por contenido y servicios subieron 8% gracias a su apuesta por el juego en la nube y el modelo de suscripción, pilares de su nueva hoja de ruta.
El golpe más duro lo han sentido los desarrolladores. Solo en la última semana, Xbox confirmó el despido de 9,100 empleados, que se suman a los 1,900 de enero y 650 más de septiembre pasado. Estudios legendarios como Arkane Austin (Dishonored, Prey), Tango Gameworks (Hi-Fi Rush), Alpha Dog y The Initiative cerraron sus puertas.
Además, proyectos ambiciosos como Perfect Dark (reboot), Everwild (Rare) y Blackbird (ZeniMax) quedaron cancelados.
Matt Booty, presidente de contenidos y estudios de Xbox, justificó la ola de recortes como parte de un reajuste de prioridades para concentrar recursos en equipos con mayores probabilidades de éxito. Aun así, aseguró que la compañía tiene más de 40 juegos en desarrollo y nuevas franquicias en camino hasta 2026.
“Nuestra estrategia general de portafolio se mantiene inalterada: crear juegos que entusiasmen a nuestros jugadores, seguir expandiendo nuestras franquicias más importantes y crear nuevas historias, mundos y personajes”, escribió Booty en un comunicado
La compra de Activision Blizzard King, cerrada a finales de 2023 por 69,000 millones de dólares, marcó un punto de inflexión: desde entonces, Xbox refuerza su enfoque multiplataforma.
Títulos como Hi-Fi Rush y Grounded ya llegaron a PlayStation y Nintendo Switch, y futuros lanzamientos como Indiana Jones and the Great Circle y Doom: The Dark Ages también lo harán.
“El contenido es el rey y queremos que llegue a todos”, explicó Jesús Grovas, líder de gaming para Microsoft en Latinoamérica.
No todos ven con buenos ojos la estrategia. Raphael Colantonio, fundador de Arkane Studios, criticó el modelo Game Pass calificándolo de “insostenible” y “dañino” para una industria que enfrenta costos de desarrollo cada vez más altos. A los jugadores les conviene, dijo, pero para los creadores significa ingresos inciertos.
Desde la dirección de Xbox, Phil Spencer defiende la transición hacia el software y la nube.
“Nunca hemos tenido más usuarios ni más horas de juego. Pero debemos decidir ahora para asegurar el éxito en el futuro”, escribió tras anunciar los despidos.
Pese a los rumores, la empresa descartó su salida inmediata: “Phil no se jubilará pronto”, aclaró la portavoz de Xbox, Kari Pérez.
Así, mientras Microsoft Gaming presume ingresos crecientes, también redefine su rol en la industria con menos consolas, más servicios y una estructura más compacta, aunque el costo humano y creativo sea cada vez más difícil de ignorar.