La Comisión Europea ha lanzado su iniciativa más ambiciosa en materia de inteligencia artificial: la construcción de gigafactorías especializadas en el desarrollo de IA avanzada. Con una inversión inicial de 20.000 millones de euros, este plan busca posicionar al continente como un competidor de peso frente a gigantes como Estados Unidos.
Objetivo: garantizar potencia de cálculo a gran escala
El proyecto forma parte del fondo InvestAI, impulsado por la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, que movilizará hasta 200.000 millones de euros. El objetivo principal es facilitar el acceso a infraestructura de alto rendimiento para empresas europeas, desde startups hasta grandes corporaciones.
Hasta ahora, la iniciativa ha recibido 76 propuestas de compañías interesadas, con compromisos de inversión que superan los 230.000 millones de euros. La convocatoria oficial se abrirá a finales de 2025 y se desarrollará en el marco de la Empresa Común Europea de Computación de Alto Rendimiento, en colaboración con los Estados miembros y el sector tecnológico.
Gigafactorías con chips de última generación
La Comisión planea construir entre cuatro y cinco megafábricas que albergarán hasta 100.000 chips de IA cada una, cuadruplicando la capacidad de los centros actuales más avanzados. Esta infraestructura será clave para desarrollar modelos de IA confiables, seguros y competitivos a nivel mundial.
Las futuras gigafactorías europeas de inteligencia artificial estarán diseñadas para operar a gran escala con capacidades computacionales de alto rendimiento, basadas en hasta 100.000 unidades de procesamiento de IA de última generación. Estos centros superarán con creces la infraestructura existente en el continente, permitiendo ejecutar modelos avanzados de IA generativa, procesamiento de lenguaje natural, visión por computadora y simulaciones científicas en tiempo real. Según fuentes de la Comisión Europea, estas fábricas integrarán arquitecturas heterogéneas que combinan GPUs de alto rendimiento (como las NVIDIA H100 o MI300X de AMD), procesadores optimizados para cargas de trabajo intensivas en datos, y eventualmente chips europeos diseñados con arquitectura RISC-V, con el objetivo de reducir la dependencia tecnológica externa.
Estas instalaciones estarán interconectadas a través de redes Infiniband y Ethernet de baja latencia y alto ancho de banda, fundamentales para mantener la eficiencia en entornos distribuidos. Además, incorporarán soluciones de almacenamiento de datos a gran escala (petabytes de capacidad), respaldadas por sistemas de refrigeración líquida y diseño energéticamente eficiente para minimizar la huella ambiental.
Una de las claves del diseño será la integración con plataformas de software open source como PyTorch, TensorFlow y JAX, así como entornos de orquestación de modelos fundacionales como Hugging Face y frameworks europeos emergentes. También se prevé la adopción de soluciones de virtualización y contenedores (Kubernetes, Docker) para facilitar el escalado dinámico de recursos.
El objetivo final es que estas gigafactorías funcionen como centros neurálgicos de IA pública y privada, ofreciendo infraestructura como servicio (IaaS) a universidades, startups y corporaciones bajo un modelo de nube soberana europea.
La inclusión de chips avanzados optimizados para IA no solo acelerará el entrenamiento y la inferencia de modelos, sino que también permitirá a Europa desarrollar su propia cadena de suministro tecnológica, alineada con las normas de privacidad, ética y sostenibilidad de la región.
Una carrera tecnológica contra el reloj
Mientras Europa diseña su estrategia, otros actores ya están en marcha. En Estados Unidos, un consorcio liderado por Donald Trump, OpenAI, Oracle y SoftBank ha presentado un megaproyecto con una inversión inicial de 100.000 millones de dólares, que podría llegar hasta los 500.000 millones en cuatro años.
Europa enfrenta el reto de acelerar su avance en IA para no quedar rezagada. La competencia es global, y la inteligencia artificial se perfila como una infraestructura clave del futuro. El tiempo es ahora.