La inteligencia artificial generativa está revolucionando la productividad personal, y ChatGPT se perfila como el asistente virtual perfecto para quienes saben cómo usarlo. Disponible 24/7, este modelo de IA de OpenAI puede realizar desde redacción de informes hasta análisis financieros, pero para obtener resultados óptimos es clave saber comunicarse con él.
A diferencia de los buscadores tradicionales, ChatGPT no responde mejor a simples preguntas genéricas. Lo ideal es hacer solicitudes precisas, conocidas como prompts, que indiquen claramente qué se necesita. Una estructura efectiva incluye: rol, tarea, contexto, formato y estilo.
Por ejemplo, si se desea un artículo para un blog, se puede decir:
"Actúa como divulgador científico. Redacta un artículo sobre el cambio climático con base en fuentes actualizadas. Usa un formato de entrada, desarrollo y conclusión con tono divulgativo y profesional."
Además, ChatGPT puede adaptarse aún más si se le proporcionan ejemplos, documentos o estilos específicos, o si se le da acceso a bases de datos o sitios web concretos. Incluso es posible crear un GPT personalizado, especializado en tareas repetitivas como redactar correos, evaluar proyectos o generar presentaciones.
También se puede activar su función de memoria, lo que permite que recuerde preferencias del usuario, tono de comunicación y estilo, facilitando respuestas cada vez más personalizadas y eficientes.
Finalmente, con la herramienta de "tareas", se pueden programar recordatorios, reportes automáticos o resúmenes periódicos. Cuanto más lo usemos y más contexto le brindemos, más útil se volverá. Así, ChatGPT no solo será una herramienta, sino un verdadero aliado en la organización diaria y profesional.