El CEO de Valve, Gabe Newell, conocido por revolucionar el mundo de los videojuegos con Steam, ahora se aventura en el desarrollo de tecnología cerebral. A través de la startup Starfish Neuroscience, fundada en 2019, la compañía trabaja en un chip cerebral que podría estar listo a finales de 2025 y que busca ofrecer una alternativa menos invasiva y más centrada en la salud frente a iniciativas como Neuralink, de Elon Musk.
El objetivo principal de este proyecto es registrar y estimular la actividad cerebral, con aplicaciones tanto médicas como tecnológicas, incluyendo la posibilidad de interactuar directamente con ordenadores. Según el neuroingeniero Nate Cermak, el chip pretende abrir nuevas posibilidades para quienes necesiten apoyo neurológico o nuevas formas de interacción digital.
Un chip pequeño, eficiente y sin batería
A diferencia de otros implantes, el chip de Starfish destaca por su tamaño reducido (2 x 4 mm) y su bajo consumo energético (1,1 mW), lo que permite su funcionamiento mediante energía inalámbrica sin necesidad de batería.
Entre sus especificaciones técnicas se incluyen:
32 electrodos y 16 canales de grabación simultánea a 18,75 kHz.
Capacidad para registrar señales neuronales y enviar estimulación eléctrica.
Procesamiento digital y detección de picos integrado.
Fabricación mediante tecnología TSMC de 55 nm.
Frente a esto, el chip de Neuralink —ya implantado en tres personas— tiene 1.204 electrodos y un tamaño significativamente mayor (23 mm x 8 mm), además de requerir más energía.
Aunque aún no está claro si el prototipo de Starfish puede implantarse en humanos, el proyecto marca un paso importante para Valve y su interés en explorar la conexión entre cerebro y tecnología, con un enfoque menos invasivo y más accesible que sus competidores.