Soda Stereo es una de las bandas más influyentes del rock latinoamericano y buena parte de su legado se explica por la capacidad de Gustavo Cerati para unir música, poesía y referencias culturales.

Entre esas conexiones destaca Corazón Delator, una canción inspirada directamente en un clásico de la literatura universal: El corazón delator, de Edgar Allan Poe.

El tema forma parte de Doble Vida (1988), cuarto álbum de estudio de la banda, un disco que marcó una etapa de madurez creativa y consolidó su proyección internacional.

Desde el título, la canción remite al cuento publicado por Poe en 1843, una obra fundamental del relato gótico que explora la culpa y la obsesión a través del latido insistente de un corazón que delata un crimen.

En el relato original, el narrador asesina a un anciano y oculta su cuerpo, pero termina confesando al creer escuchar el corazón de su víctima.
Cerati tomó ese símbolo central y lo transformó por completo: en lugar de hablar de culpa, lo convirtió en una metáfora del amor.

En entrevistas, el músico explicó que el “corazón delator” representa ese impulso inevitable que revela lo que se siente por alguien, incluso cuando se intenta ocultar.

Así, la canción retrata la vulnerabilidad emocional y la imposibilidad de controlar los sentimientos profundos.
El corazón ya no acusa un delito, sino que expone una verdad íntima: el amor que se manifiesta sin permiso.

Las imágenes poéticas del tema refuerzan esa idea de confesión involuntaria, donde las emociones se imponen a la razón.

En lo musical, Corazón Delator es una de las piezas más románticas de Doble Vida. Fue producida por Carlos Alomar, reconocido por su trabajo con David Bowie, y combina elementos de balada, soft rock y psicodelia, reflejando la versatilidad sonora de Soda Stereo en esa etapa.

Con esta canción, Cerati logró tender un puente entre la literatura gótica del siglo XIX y el rock argentino de finales del siglo XX, resignificando un relato oscuro en una declaración emocional. El resultado es una de las composiciones más sensibles y recordadas del repertorio de Soda Stereo, donde la influencia de Poe late, pero transformada en amor.