Los abogados de Sean “Diddy” Combs, actualmente en prisión, enviaron una carta de cese y desistimiento a Netflix para impedir el estreno de la miniserie Sean Combs: The Reckoning, programada para lanzarse este martes.
El equipo legal del rapero asegura que la producción utiliza material “robado” y no autorizado.
La serie, producida por Curtis “50 Cent” Jackson, aborda la vida de Combs y las acusaciones de abuso sexual y maltrato que lo llevaron a ser condenado.
En declaraciones a CNN, un portavoz del artista calificó la docuserie como un “vergonzoso artículo de propaganda” y afirmó que el metraje mostrado en el tráiler incluye imágenes que Combs grabó para un documental personal que él mismo había estado desarrollando desde los 19 años.
Según Juda Engelmayer, representante de Combs, algunas de las imágenes utilizadas, filmadas apenas seis días antes de su arresto en septiembre de 2024, pertenecen al archivo privado del rapero.
Además, aseguró que ni Combs ni su equipo han visto la serie antes de su estreno y que Netflix no ofreció una proyección previa. “La veremos esta noche”, señaló, mientras reiteró que el contenido no está autorizado.
Netflix, por su parte, remitió a las declaraciones de la directora del proyecto, Alexandra Stapleton, quien aseguró que el equipo obtuvo el material de manera legal y cuenta con todos los derechos necesarios para su uso.
Stapleton también afirmó que se intentó contactar en varias ocasiones al equipo legal de Combs para solicitar una entrevista o comentarios, pero nunca obtuvieron respuesta.
La carta enviada por los abogados de Combs advierte que el artista no dudará en emprender acciones legales contra la plataforma si continúa con el estreno.
Este no sería su primer litigio: previamente presentó una demanda por difamación de 100 millones de dólares contra NBCUniversal por otro documental emitido en Peacock.
Sean Combs, fundador de Bad Boy Records y figura clave en la carrera de artistas como The Notorious BIG, cumple actualmente una condena de cuatro años tras ser declarado culpable de dos cargos relacionados con transporte para ejercer la prostitución.
Aunque fue exonerado de los cargos más graves —tráfico sexual y crimen organizado—, la fiscalía lo acusó de obligar a sus parejas a participar en encuentros sexuales con trabajadores masculinos, acompañados de consumo de drogas como éxtasis o ketamina, en situaciones que podían extenderse por días.
