El cantante Gerardo Ortiz regresó a la escena musical con el lanzamiento de su nuevo álbum El Ejemplar, un estreno que llega en medio de un complejo contexto legal.
La salida del disco, su primer material completo en dos años, ocurre apenas días después de que una corte en California lo sentenciara a tres años de libertad supervisada por mantener vínculos laborales con una empresa señalada bajo la Ley Kingpin, normativa estadounidense que sanciona relaciones comerciales con organizaciones vinculadas al narcotráfico internacional.
Ortiz se declaró culpable de haber aceptado presentaciones contratadas por Gallística Diamante, compañía designada por el Departamento del Tesoro como relacionada con el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Aunque evitó la cárcel gracias a su cooperación con las autoridades —incluida una declaración contra su exrepresentante Ángel del Villar—, el fallo reavivó cuestionamientos sobre su entorno profesional y el impacto que este proceso tendrá en su carrera.
A pesar de la presión mediática, el intérprete apostó por un regreso sólido.
El Ejemplar incluye 15 canciones y colaboraciones como Por Ahí, Por Ahí junto a Código FN.
El álbum retoma el estilo del corrido progresivo que ha marcado su trayectoria, pero también incorpora un tono más introspectivo, reflejado en baladas que abordan vulnerabilidad, desamor y las tensiones personales vividas en los últimos años.
El lanzamiento, realizado horas después de su sentencia, fue interpretado como un movimiento para mantener su presencia en el regional mexicano, aun cuando deberá cumplir con los requerimientos legales impuestos en Estados Unidos. Para muchos de sus seguidores, el estreno representa un acto de resistencia creativa en medio de la adversidad.
Un disco que busca reconstrucción y permanencia
En lo musical, El Ejemplar funciona como una declaración personal. El cantante retoma elementos característicos de su estilo, pero también suma referencias a resiliencia y reconstrucción. El concepto de “El mentor”, presente en el proyecto, simboliza la guía y el respaldo que asegura haber recibido en momentos clave de su trayectoria.
El resultado es un álbum que combina firmeza artística con una narrativa íntima, intentando equilibrar el peso del proceso judicial con su deseo de continuidad en la industria. El Ejemplar llega, así, en un momento de contraste: mientras Ortiz enfrenta las consecuencias legales en Estados Unidos, también reafirma su lugar dentro del género regional mexicano con un proyecto marcado por la introspección y la determinación.
