El reciente estreno del documental Juan Gabriel: Debo, puedo y quiero en Netflix ha revelado un aspecto desconocido de la vida del reconocido cantante mexicano Alberto Aguilera Valadez, conocido como Juan Gabriel.
La serie, estrenada el pasado 30 de octubre, aborda por primera vez un episodio difícil de su adolescencia que nunca fue abordado públicamente.
La producción, dirigida por María José Cuevas y producida por Laura Woldenberg e Ivontne Guiérrez, está compuesta por cuatro capítulos que se estrenarán semanalmente en la plataforma.

A diferencia de la bioserie Hasta que te conocí, autorizada por el propio cantante en vida, esta nueva entrega profundiza en aspectos más personales de su historia, mostrando los retos y obstáculos que marcaron su camino artístico.
Durante el primer episodio, el periodista y gestor cultural Alejandro Brito relata fragmentos de la infancia y juventud de Juan Gabriel, destacando las difíciles condiciones en las que creció.
A los quince minutos del primer episodio, la voz del periodista introduce un relato hasta ahora oculto.
Según Brito, Juan Gabriel, a los trece años, tuvo que buscar empleo debido a sus precarias condiciones familiares.
Entre las dificultades que enfrento el divo de juarez, se revela que tuvo problemas con la justicia siendo un niño quien ya mostraba algunos “amaneramientos”, por lo que la policía lo detuvo con el pretexto de obstruir la labor de inspección.
Según el documental, el artista tuvo que comenzar a trabajar desde temprana edad debido a la falta de recursos económicos y al entorno familiar complicado en el que vivía, por lo que a los 13 años tuvo que trabajar en una casa de de un sacerdote que terminó abusando de el.
“Si tú ves su declaración se puede apreciar la difícil y solitaria infancia que tuvo, sin ninguna orientación ni apoyo familiar, ya que no tenía un hogar bien integrado. A los 13 años se vio en la necesidad de trabajar de mozo en casa de un sacerdote, el cual abusó sexualmente de él”, se escucha decir a Brito en la serie
La serie también resalta la resiliencia y determinación que el intérprete de Querida mostró desde joven para sobreponerse a las circunstancias y alcanzar el éxito.
Además de abordar su historia personal, Juan Gabriel: Debo, puedo y quiero presenta un retrato íntimo del artista a través de material inédito grabado por él mismo.
Según la producción, el cantante acostumbraba registrar su día a día con cámaras de video y fotografía, consciente de que algún día el público querría conocer esa faceta más cercana y humana.
El documental ofrece una mirada profunda a la vida, obra y legado del “Divo de Juárez”, mostrando tanto sus momentos de dolor como su inquebrantable espíritu creativo.
