El mundo del rock y el nu metal está de luto tras confirmarse la muerte de Sam Rivers, bajista y miembro fundador de Limp Bizkit.
La noticia fue dada a conocer por el propio grupo a través de sus redes sociales oficiales, donde sus compañeros Fred Durst, Wes Borland, John Otto y DJ Lethal le dedicaron un emotivo mensaje de despedida.
“Hoy perdimos a nuestro hermano, nuestro compañero de banda, nuestro latido”, escribió la agrupación en un comunicado que rápidamente se viralizó, generando una ola de mensajes de condolencias y muestras de cariño de miles de fanáticos alrededor del mundo.
Nacido en Jacksonville, Florida, Sam Rivers fue una pieza clave en la creación del sonido distintivo de Limp Bizkit desde su formación en 1994. Su estilo de bajo, que combinaba la energía del funk con la potencia del metal y el ritmo del rap, ayudó a consolidar el éxito de temas icónicos como “Nookie”, “Rollin’” y “My Way”.
La banda lo recordó como el alma detrás del grupo:
“Sam no solo era nuestro bajista, era pura magia. El pulso de cada canción, la calma en el caos, el alma en el sonido.”
Su talento marcó a toda una generación y contribuyó a definir el nu metal como uno de los géneros más representativos de finales de los 90 e inicios de los 2000.
Causas de su fallecimiento
Aunque el comunicado oficial no reveló las causas de su muerte, se sabe que Rivers había enfrentado problemas de salud en años anteriores, incluyendo una enfermedad hepática que requirió un trasplante.
Sin embargo, el músico se había reincorporado a Limp Bizkit recientemente y participaba en su gira mundial.
Un legado eterno
La banda cerró su mensaje con una promesa que resume el impacto del bajista en la historia del rock:
“Compartimos momentos salvajes, tranquilos y hermosos. Cada uno fue más especial porque Sam estaba allí. Una verdadera leyenda. Su espíritu vivirá por siempre en cada ritmo, cada escenario y cada recuerdo. Te queremos, Sam. Tu música nunca termina.”