El cine británico y mundial está de luto tras la muerte de Terence Stamp, reconocido actor que dejó huella en la gran pantalla con una trayectoria de más de seis décadas.
La familia del intérprete confirmó que falleció este domingo a los 87 años, destacando que deja “una obra extraordinaria, tanto como actor como escritor, que seguirá inspirando durante años”.
Nacido en 1938 en el East End de Londres, Stamp superó los bombardeos del Blitz en la Segunda Guerra Mundial. Tras trabajar en publicidad, obtuvo una beca para la Academia de Arte Dramático Webber Douglas, donde comenzó su formación.
Su salto al cine llegó en 1962 con Billy Budd, papel que le valió una nominación al Oscar y lo consagró como una de las grandes promesas de su generación.
Durante los años 60 protagonizó títulos memorables como The Collector, Lejos del mundanal ruido, Teorema y Poor Cow, trabajando con directores de renombre y compartiendo escena con figuras como Laurence Olivier y Julie Christie, con quien también vivió un mediático romance. En esa época se convirtió en un ícono cultural, incluso mencionado en la canción Waterloo Sunset de The Kinks.
Aunque en los 70 su carrera tuvo altibajos, en 1978 retomó la fama internacional gracias a su interpretación del General Zod en Superman y Superman II. Su imponente presencia y la frase “¡Arrodíllate ante Zod!” lo convirtieron en uno de los villanos más emblemáticos del cine.
Décadas después, volvió al universo de Superman prestando su voz a Jor-El en la serie Smallville.
Stamp continuó activo en el cine con papeles destacados en The Limey (1999), Las aventuras de Priscilla, reina del desierto, y en producciones de gran alcance como Star Wars: Episodio I – La amenaza fantasma, donde interpretó al canciller Valorum. También participó en películas como Yes Man, Wanted y El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares.
Considerado uno de los actores británicos más versátiles de su generación, Terence Stamp deja un legado imborrable en la historia del cine.