El actor Eduardo Yáñez abrió su corazón como pocas veces durante una entrevista con Sergio Mayer, donde habló sin reservas de su infancia, los errores que marcaron su carácter y las lecciones que lo llevaron a convertirse en uno de los actores más reconocidos de México.
En la charla, publicada en el canal de YouTube de Mayer, Yáñez sorprendió al contar que, cuando era niño, su madre lo llevaba a trabajar dentro de la cárcel de Lecumberri, uno de los penales más temidos de la Ciudad de México.
Aunque en ese momento no dimensionaba el entorno en el que estaba, esa experiencia lo marcó para siempre.
“Aprendí que hay que trabajar”, dijo el actor, al recordar cómo, rodeado de reclusos, entendió desde muy pequeño que debía esforzarse para salir adelante.
La ausencia de su padre, la dureza de su madre —a quien describió como estricta y de carácter fuerte— y el ambiente complicado de su barrio lo empujaron a asumir responsabilidades desde niño.
Yáñez relató que su madre no dudaba en disciplinarlo físicamente cuando se portaba mal, pero que, a pesar de la dureza, esos años le dejaron valores que definirían su vida adulta: responsabilidad, trabajo duro y superación personal.
Motivado por los consejos y las historias de los presos que veía a diario, comenzó a ganarse la vida vendiendo gelatinas, paletas y lustrando zapatos en su colonia. Esa etapa, asegura, le enseñó a valorar la libertad y a no repetir patrones destructivos.
Durante la conversación, el protagonista de múltiples telenovelas también habló del dolor emocional que le dejó crecer sin su padre y del abuso que vivió en su entorno cercano, heridas que marcaron la forma en la que se relaciona con los demás y que aún trabaja por sanar.