El mundo del cine está de luto tras confirmarse la muerte de Michael Madsen, actor estadounidense reconocido por su participación en algunas de las películas más emblemáticas de Quentin Tarantino. Tenía 67 años.
Su publicista, Liz Rodríguez, informó que Madsen fue hallado inconsciente en su residencia de Malibú la mañana de este jueves.
“Michael Madsen fue uno de los actores más emblemáticos de Hollywood, a quien muchos extrañaremos”, dijeron en un comunicado conjunto sus representantes, Susan Ferris y Ron Smith (Bohemia Entertainment), y Rodríguez.
De acuerdo con el Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles, los agentes acudieron tras una llamada de emergencia y lo declararon muerto a las 8:25 a. m., hora local. Según los reportes oficiales, la causa fue un paro cardíaco y no se sospecha de actos criminales.
Madsen fue un rostro inconfundible de Hollywood, especialmente recordado por sus interpretaciones en Reservoir Dogs, Kill Bill, Once Upon a Time in Hollywood y Los ocho más odiados, todas bajo la dirección de Tarantino.
Su estilo rudo, carisma y talento lo consolidaron como uno de los actores más queridos del género criminal y de acción.
Nacido el 25 de septiembre de 1957 en Chicago, Michael Madsen comenzó su trayectoria artística en el teatro, formando parte de la prestigiosa compañía Steppenwolf, donde debutó con De ratones y hombres junto a John Malkovich.
A partir de los años 80 dio el salto a la televisión y el cine, participando en producciones como WarGames (1983), The Natural (1984), The Doors (1991), Thelma & Louise (1991), Free Willy (1993), Species (1995), Donnie Brasco (1997), Die Another Day (2002), Sin City (2005) y Scary Movie 4 (2006).
Su versatilidad también lo llevó a prestar su voz en populares videojuegos como GTA 3 y Call of Duty: Black Ops.
Madsen era hijo de Calvin Madsen, bombero de Chicago, y Elaine Madsen, escritora y productora ganadora de un Emmy en 1983 por un documental sobre la historia del cine en su ciudad natal.
En el ámbito personal, Michael Madsen estaba trabajando en un libro titulado Lágrimas por mi padre: Pensamientos y poemas forajidos, que se encontraba en proceso de edición y que reflejaría su lado más íntimo y reflexivo.
Su partida deja un vacío en la industria, pero su legado cinematográfico permanecerá como parte esencial del cine moderno.