Durante su presentación en la Monumental Plaza de Toros de Cihuatlán, Jalisco, la agrupación Los Alegres del Barranco generó controversia al interpretar narcocorridos de forma indirecta,
El acto ha sido calificado como una provocación ante las restricciones impuestas por algunas autoridades estatales.
La banda, conocida por su estilo y letras que hacen alusión a figuras del crimen organizado, utilizó una táctica para evadir sanciones: tocaron únicamente la música de sus temas más polémicos mientras proyectaban la letra en pantallas, lo que provocó un karaoke masivo entre los asistentes.
Uno de los momentos más comentados fue cuando sonó "El del Palenque", un corrido que hace referencia a Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El público, al ver la letra en las pantallas, cantó al unísono el tema, mientras la banda se limitaba a tocar la melodía sin entonar palabra alguna. Esta estrategia, que se ha viralizado en redes sociales, ha sido empleada por otros artistas como forma de esquivar las sanciones legales que se han implementado en distintas entidades del país, donde se busca evitar la apología del delito a través de la música.
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En Jalisco, estado donde tuvo lugar el concierto, ya se han establecido restricciones sobre este tipo de canciones en espacios públicos. Sin embargo, la forma en la que Los Alegres del Barranco ejecutaron su presentación plantea un nuevo reto para las autoridades, ya que técnicamente no interpretaron las letras, sino que fue el público quien lo hizo.
Este tipo de maniobras ya se han visto en otras partes del país, como en el concierto de Luis R. Conriquez en Texcoco, donde se aplicó una fórmula similar. El incidente vuelve a poner sobre la mesa el debate entre libertad de expresión, censura y responsabilidad social en la industria musical, especialmente cuando se trata de géneros tan populares como los corridos que hacen referencia al narcotráfico.
Hasta ahora, ninguna autoridad estatal ha emitido una postura oficial sobre este concierto, pero el caso sigue generando reacciones divididas entre los seguidores del grupo, defensores de la libertad artística y quienes exigen mayor regulación del contenido en espectáculos públicos.