Tras el estreno de “Ojalá”, su colaboración con Beret, Dulce María compartió cómo la música ha sido un refugio y una herramienta de sanación en los momentos más desafiantes de su vida. “A mí, la música sí me salva”, confesó la cantante en una reciente entrevista, donde habló sobre su trayectoria, su vida familiar y los aprendizajes que le han dejado los últimos años.
Durante la pandemia, la artista vivió un intenso periodo de cambios: se convirtió en madre de María Paula, enfrentó los retos de la maternidad en medio del aislamiento y, simultáneamente, continuó trabajando en diversos proyectos. “Pensé que al ser mamá iba a detenerme, pero no fue así. Hice muchas cosas, incluyendo una novela, giras y el reencuentro con RBD”, explicó.
El regreso de RBD significó una experiencia emocionalmente intensa para Dulce María, quien destacó los desafíos físicos y emocionales que enfrentó al realizar 54 conciertos en solo cuatro meses. “Fue increíble, pero también agotador. El artista necesita contención, no solo entregar sin medida”, reconoció.
Este año, la cantante ha optado por priorizar a su familia y su bienestar emocional, buscando equilibrio entre su vida personal y profesional. “Me he dedicado a mi hija, mi esposo y a reconectarme conmigo misma, creando, componiendo y nutriendo mi espíritu para poder ofrecer algo auténtico a la gente”, afirmó.
Dulce María, quien también renovó su contrato como compositora con Sony Music, sigue vigente como una de las artistas más queridas de su generación. Su mensaje es claro: la música no solo entretiene, también cura y transforma.