Este lunes 28 de julio, un nuevo fenómeno astronómico capta la atención de científicos y aficionados: el asteroide “2025 OW” realizará un acercamiento a la Tierra.
Aunque este evento despierta curiosidad y cierta inquietud entre la población, la NASA asegura que no representa ningún riesgo para el planeta.
El asteroide tiene un diámetro aproximado de 67 metros y se desplazará a una velocidad de 75.000 kilómetros por hora.
A pesar de su clasificación como Objeto Cercano a la Tierra (NEO), su trayectoria ha sido estudiada y se ha confirmado que pasará a una distancia segura de 633.000 kilómetros, casi el doble de la que nos separa de la Luna.
Debido a esa lejanía, no podrá ser observado a simple vista.
Para seguir su recorrido, se requieren telescopios potentes y conocimientos especializados. Aun así, miles de personas alrededor del mundo están atentas a la información que se comparte desde organismos como la NASA.
Los asteroides, explican los científicos, son restos rocosos que datan de la formación del sistema solar hace más de 4.600 millones de años.
La mayoría tiene formas irregulares y sus órbitas pueden alterarse por la gravedad de planetas como Júpiter o por encuentros con otros cuerpos celestes.
La NASA aclara que monitorea constantemente los asteroides que se acercan a la Tierra. Aquellos que se aproximan a menos de 45 millones de kilómetros son analizados para evaluar cualquier posible amenaza.
Por su parte, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) destaca que el estudio del universo no solo alimenta el conocimiento científico, sino que impulsa el desarrollo de tecnologías que, eventualmente, pueden incorporarse en la vida diaria, en hogares y espacios de trabajo.
Este tipo de eventos, aunque no visibles para todos, siguen siendo una oportunidad para explorar los misterios del cosmos y para entender cómo los avances científicos en astronomía pueden tener un impacto positivo en la sociedad.