Un reciente hallazgo en Australia ha cambiado radicalmente lo que se sabía sobre la evolución temprana de los reptiles.
Investigadores descubrieron huellas fosilizadas en una losa de roca en Snowy Plain, al sureste del país, que indican la presencia de amniotas —antepasados de reptiles, mamíferos y aves— hace más de 358 millones de años, en el Devónico Tardío.
Este descubrimiento sugiere que los amniotas comenzaron a caminar en tierra firme entre 35 y 40 millones de años antes de lo que se pensaba.
Hasta ahora, se creía que este grupo de tetrápodos, animales de cuatro extremidades, apareció en el Carbonífero temprano, después de la extinción de Hangenberg. Sin embargo, las nuevas huellas revelan que ya existían mucho antes, lo que obliga a revisar la cronología evolutiva establecida.
El estudio, publicado en la revista Nature, describe dos conjuntos de huellas atribuidas a un mismo animal, uno de los cuales muestra claramente marcas de garras.
Las huellas de las patas delanteras están marcadas en amarillo, mientras que las de las traseras aparecen en azul. Fuente: Grzegorz Niedźwiedzk
Este rasgo es característico de los reptiles, lo que permite diferenciarlos de los anfibios que habitaban en aquella época. Además, no se encontraron rastros de arrastre corporal o de cola, lo que indica que el animal caminaba completamente erguido sobre la tierra.
Los investigadores también observaron vestigios de extremidades delanteras y traseras, lo que confirma su pertenencia al grupo corona de los amniotas.
Estos animales se destacan por haber desarrollado el huevo amniótico, una estructura interna que permite al embrión desarrollarse fuera del agua, a diferencia de los anfibios que dependen de medios acuáticos para reproducirse. Esta característica fue clave para su adaptación y expansión en ambientes terrestres.
Además del hallazgo en Australia, el equipo liderado por el paleontólogo John Long también identificó en Polonia huellas similares, atribuidas a un antiguo reptil llamado Notalacerta, que vivió en el Carbonífero temprano.
Esto adelanta su registro fósil en casi 10 millones de años y reafirma la utilidad del estudio de huellas fósiles para comprender la evolución de los tetrápodos.
Los científicos especulan que estos primeros amniotas tendrían una forma corporal parecida a la de los lagartos actuales, como el varano acuático. Su presencia en Australia también aporta datos valiosos sobre la distribución geográfica de estas especies primitivas, que habitaron regiones del sur del antiguo supercontinente Gondwana.
Según los autores, esta zona está muy poco explorada, y la losa hallada representa el único registro fósil conocido de tetrápodos del Carbonífero más temprano en todo el continente australiano.
El hallazgo también plantea dudas sobre las especies que tradicionalmente se consideraban ancestros de los tetrápodos, como Tiktaalik o Elpistostege, ya que aparecieron más tarde. Esto apunta a que podrían haber sido líneas evolutivas paralelas, y que la verdadera transición del agua a la tierra ocurrió mucho antes de lo que se pensaba.
En conjunto, estos descubrimientos sugieren que la evolución de los amniotas fue más rápida y temprana, con una transición del agua a la tierra que pudo haberse completado en tan solo 50 millones de años. De confirmarse las dataciones, sería necesario reescribir parte de la historia evolutiva de los vertebrados terrestres.