Sin embargo, el gobernador del estado, Graco Ramírez Garrido Abreu, y el secretario de Desarrollo Agropecuario (Sedagro), Roberto Ruiz Silva, han adelantado que en julio próximo quedará concluido el primer rastro TIF en Morelos. La obra se desarrolla en el municipio de Miacatlán y está en la final de su etapa, o sea que ahora sí se logró el propósito.
Ramírez Garrido advirtió que una vez puesto en marcha, se procederá a la clausura de 22 rastros que operan actualmente sin los mínimos cuidados de sanidad. Comentó que “se les hará llegar a los alcaldes el diagnóstico de salud, donde se da fe de la terrible contaminación que provocan, bueno, cuando me entregaron los datos pude haber hecho publicar la información, pero se habría desatado un escándalo nacional por lo delicado de la situación”.
Para acabar pronto, lo que comentó es que en buena medida los morelenses comen productos de carne con graves índices de contaminación, lo que debe ser origen de muchas enfermedades que como consumidores no advertimos en dónde las pescamos.
Ruiz Silva explicó un poco más el proyecto, se trata de una inversión de 35 millones de pesos para cuyo propósito se consensó con los ganaderos, porque son los principales beneficiados. En efecto, hay 22 rastros funcionando en Morelos, 19 municipales y tres privados, pero todos con pésimas condiciones, no sólo por la forma rudimentaria como se sacrifica a los animales, sino por la contaminación que se provoca hacia el exterior, no hay controles en esa materia.
El rastro TIF tendrá capacidad sobrada para sustituir a los otros 22, en eso no hay ningún problema, el funcionario recordó que el mercado de consumo local requiere del sacrificio de tres mil 200 animales, sólo en un turno se cubrirá esa necesidad, pero se abrirán dos turnos, de tal manera que se buscará operar de manera regional, es decir, ofreciendo el servicio al norte de Guerrero y sur del Estado de México.
Sin duda que lo anterior es un buen avance en la materia, hay mucho descuido en lo que se refiere al tema, ni los métodos de sacrificio, ni las medidas de control sanitario se aplican mínimamente, es algo que venía siendo descuidado por las autoridades competentes, ya sea las municipales o de salud, porque los rastros son focos de polución inaceptables en estos tiempos.
Todos los desechos se vacían en barrancas, arroyos, ríos o a cielo abierto, imagínese la pestilencia y los efectos al subsuelo y al medio ambiente, pero a nadie parecía preocuparle. Más aún, lo que se advertía, que la mayor parte de los productos cárnicos que consumimos, no son nada sanos, ni limpios, simplemente no puede ser, de ahí que consideremos muy oportuno que tras tantos años de espera, por fin se pueda contar con un rastro que se ajuste a todas las normas de salud.
Reclamos campesinos
En otro aspecto informativo, ganaderos y campesinos solicitaron a las autoridades estatales un mayor esfuerzo e inversión, a fin de ampliar la capacidad de la infraestructura instalada para mejorar el rendimiento productivo en diversas ramas de la agricultura, particularmente aquello que tiene que ver con la conversión de tierras temporaleras al sistema de riego.
Durante un encuentro con el gobernador del estado, Graco Ramírez Garrido Abreu, donde estuvo presente el diputado federal Javier Orihuela García, quien habló a nombre de algunos líderes gremiales, se hizo hincapié en que se requiere ampliar la capacidad de almacenamiento de agua, a fin de llevar el vital líquido a tierras productivas, hoy de muy bajo rendimiento.
El secretario de Desarrollo Agropecuario (Sedagro), Roberto Ruiz Silva, recordó que en Morelos se cuenta con 11 presas de almacenamiento con capacidad para 65 millones de metros cúbicos de agua, que benefician a poco más de 50 mil hectáreas, buena parte de ellas en las zonas sur y poniente de la entidad.
Sin embargo, la falta de redes y sistemas de riego eficientes provocan la pérdida del 45 por ciento de ese líquido, algo en lo que se deberá trabajar en lo sucesivo, a fin de reducir tal desperdicio. Se aclara que en Morelos hay por ahora suficiente agua como para no preocuparse un buen rato, sólo que la mayoría se pierde y no ofrece beneficio alguno.
Pero más aún, si se dispusiera de almacenamiento, se podrían retener miles de millones de metros cúbicos en temporada de lluvias, si sólo se lograra capitalizar el cinco por ciento serían 400 millones de metros cúbicos, sin embargo, no hay tal y esa es la preocupación porque casi toda se pierde.
Hay algunos proyectos en puerta, el funcionario habló de unos 75 millones de pesos a invertir, entre otras cosas, en siete presas y 40 ollas, lo que significaría ya un buen avance, pero aún así se está muy lejos de lograr el ideal, esa fue la tónica del encuentro con el mandatario, donde solicitó al diputado federal buscar la manera de lograr algunos recursos federales para canalizarlos al sector campesino y al rubro de ganadería.
Es cierto, muy poco se ha hecho en los años recientes para mejorar la productividad del campo en el estado, fue Lauro Ortega Martínez quien más dinero le destinó al sector; presas como Carros Cayehuacán son parte de aquel esfuerzo, pero luego de eso ha sido mínima la evolución y por eso venimos perdiendo autonomía alimenticia, lo único que crece es la población y a costa de la invasión de espacios productivos, se requiere volver la vista al campo para rescatar lo poco que queda.