En lo particular me llamó la atención el hecho de que el sábado anterior, a unas horas de que la PGR definiera la situación jurídica de Edgar Valdez Villarreal (alias “La Barbie”), a fin de decidir si es extraditado a Estados Unidos o procesado por jueces mexicanos, el narcotraficante fue trasladado vía aérea durante unas horas, del centro de mando de la Policía Federal, a la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), para una diligencia ministerial. Ese mismo día, al filo de las 14:30 horas, Cabeza de Vaca salió del penal de alta seguridad “El Rincón”, con sede en Tepic, Nayarit, pero el gusto le duró escasos minutos, pues afuera le esperaba un fuerte despliegue de elementos federales que lo reaprehendieron y trasladaron a la sede nacional de la SIEDO. ¿Pudieran tener relación ambos movimientos? Quizás.
Como se recordará, Valdez Villarreal fue detenido por agentes federales el pasado 30 de agosto en una zona de chalets en el municipio de Lerma, estado de México, en una operación policial de la cual existieron versiones contradictorias. Una señaló que se trató de una acción de seguimiento e inteligencia; otra que fue una captura circunstancial, derivada de una infracción de tránsito en la carretera México-Toluca; y la tercera que fue una entrega pactada para ser extraditado a Estados Unidos y se le sume al programa de testigos protegidos de la agencia antidrogas de ese país (DEA, por sus siglas en inglés).
A partir del día 3 de septiembre la PGR informó que el ex integrante del grupo delictivo de los hermanos Beltrán Leyva quedó bajo arraigo durante 40 días por autorización judicial y que la medida se cumpliría en instalaciones de la Policía Federal. Fuentes oficiales informaron que el pasado sábado, cuando se llevaban 37 días de arraigo, el que fue jefe de sicarios de Arturo Beltrán Leyva y luego formó su propio grupo criminal tras la muerte de su jefe, fue sacado del centro de mando en helicóptero y llevado a la SIEDO. La PGR no dio a conocer detalles de la diligencia, pero fuentes oficiales indicaron que se están concluyendo los trámites de las investigaciones realizadas para que se defina la situación jurídica del capo que ha sido considerado uno de los factores que han generado oleadas de violencia en los estados de México, Guerrero y Morelos. Además, en círculos ministeriales federales no se descarta el traslado de “La Barbie” a Estados Unidos, su país de origen, donde existen cinco órdenes de aprehensión en su contra. Además, desde 2005 las autoridades de ese país solicitaron a México su entrega.
Ayer entrevisté a Guillermo Pasquel Hernández, abogado defensor de Luis Angel Cabeza de Vaca Rodríguez, quien se mostró indignado, pero más preocupado frente a la reciente acción de la Procuraduría General de la República hacia su cliente. “A toda costa pretende vincularlo con criminales organizados, lo cual no pudieron sustentar fehacientemente en la averiguación previa anterior, donde quedaron asentadas infinidad de violaciones constitucionales. El auto de formal prisión del 27 de julio de 2009 jamás debió darse, pues la PGR no acreditó sus acusaciones. El juez federal de la causa, definitivamente, se prestó para las burdas maniobras del Ministerio Público”, agregó Pasquel Hernández. Tajantemente consideró que “alguien muy poderoso está interesado en mantenerlo preso”.
El sábado a las 14:30 horas, Cabeza de Vaca abandonó el penal de alta seguridad “El Rincón”, luego de que el mismo juez federal que le dictó auto de formal prisión en julio del año pasado, lo liberó, bajo órdenes de un Tribunal Colegiado de Circuito. Sin embargo, el mismo sábado, en plática con este columnista, Pasquel externó su inquietud porque “los hechos recientes” (la aprehensión y aniquilamiento de importantes hampones, entre ellos “La Barbie”) pudieran haber complicado el escenario a su cliente. Pasquel fue informado la noche de este domingo que ayer lunes, al filo de las 18:30 horas, le sería notificada a Cabeza de Vaca la causa de su reaprehensión. Hasta el momento de redactar la presente columna no teníamos datos oficiales al respecto, pero con la PGR todo puede suceder en lo que se conoce como “política de resultados”.