Noten ustedes que no mencioné a ninguno de los simpatizantes de la corriente a cargo de Maricela Sánchez Cortés y Guillermo del Valle Reyes, pues era innecesaria su participación. Con la Dupla del Oriente bastó. Son quienes realmente toman las decisiones, acatadas de manera incondicional por Julio Espín Navarrete, Delfino Toledano Alfaro, Enoé Salgado Jaimes y Andrés González García. Cualquiera de ellos podría ser el candidato de la Dupla en el proceso interno de elección de la nueva dirigencia estatal tricolor, mismo que arrancará de un momento a otro con la expedición de la convocatoria cuyo texto, según trascendió ayer, contendría algunos “candados”, entre ellos la necesidad de que cada candidato compruebe la solidaridad de 25 mil priístas y sea registrado por uno de los sectores partidistas. La elección será dentro del mes que hoy comienza. Tampoco cité al diputado federal por el V distrito, Jaime Sánchez Vélez, a quien nadie toma en serio, aunque podría dar sorpresas.
No obstante los reclamos de Beatriz Paredes Rangel sobre el divisionismo priísta en Morelos, los posibles contendientes en el proceso interno de elección no lograron ningún acuerdo y optaron por la elección abierta. Todos se sienten seguros de ganar y convertirse después en elementos de cohesión, lo cual estará por verse dentro de una organización desacostumbrada a la solidaridad, pero muy apegada a la traición y a la ruptura de pactos. La clase priísta morelense no se ha percatado de que está dilapidando el capital social conseguido en julio del año pasado, lo cual se hizo patente el sábado de la semana anterior durante el informe legislativo de la diputada federal por el IV distrito, Rosalina Mazari Espín, quien fue despreciada por todos los diputados locales, otros tantos federales y la inmensa mayoría de alcaldes tricolores. Entre quienes respondieron a su convocatoria estuvo Manuel Martínez Garrigós, alcalde de Cuernavaca.
Frente al inminente proceso priísta volvió a aparecer ayer Jorge Meade Ocaranza, “ex” de muchas otras cosas en Morelos y actual miembro del Consejo Político Nacional del PRI, cuya experiencia en elecciones similares lo respalda para emitir un vaticinio. “Ante la inminente publicación de la convocatoria para renovar la dirección estatal del PRI, reitero que una fórmula de unidad evitará desgastes innecesarios y el recrudecimiento de odios y competencias desleales entre los aspirantes a dirigir este instituto político en Morelos”, advirtió. Posteriormente mencionó la realidad del PRI-Morelos. Dijo Meade: “El partido debe ser promotor del desarrollo y dique de las malas acciones del gobierno morelense, lo cual no sucede pues los conflictos internos y la falta de dirigencia dinámica y carente de conocimiento lo impide, marginando al PRI a ser mero espectador de una realidad grave, complicada y sin visos de solución, como es la inseguridad o la falta de promoción económica”. Cualquier semejanza de lo anterior con la realidad no es casualidad, sino el resultado del cortoplacismo de unos cuantos y el ansia de poder de otros. Por cierto: hoy podría llegar a Morelos un nuevo enviado del CEN: Florentino Castro López, veterano político sinaloense.
Mientras todo lo anterior sucede, en el Congreso local el grupo parlamentario del PRI está a punto de recibir un revés. El divisionismo imperante será el detonador de una nueva crisis. El GPPRI no puede, ni debe acaparar todo en ese órgano colegiado. Al tiempo y lo veremos.