Lo tendrán que volver a hacer porque Raúl Iragorri Montoya, el empresario y político, no quedó conforme y presentó su denuncia ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que simplemente dio un fallo que coloca en situación de emergencia a las llamadas izquierdas. Aunque en condiciones como ésta, Ramírez Garrido navega con pericia; ya les diremos por qué.

Como sea, los avances de Graco como seguro candidato del PRD-Morena tienen un alto en tanto reponen el proceso y conocemos el fondo de la razón jurídica para que el TRIFE procediera así. Raúl Iragorri es quizá el menos andarín de calles y brechas en las tareas partidistas, pero sabe usar sus herramientas empresariales para difundir no sólo su figura sino al movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador. Otrora adversarios, hoy acérrimos enemigos, Iragorri y Graco no pueden subestimarse; ya se vio. Aquella ironía de “empate técnico” con Raúl que uso el tabasqueño en un ejercicio a nivel de su partido, hoy prácticamente lo es porque de manera natural el empresario automotriz es la fuerza que concentra a los antigraquistas, que no son pocos adentro y más afuera.

Sin embargo, mencionábamos del gusto y habilidad de Graco para sortear mares broncos. Es sumamente hábil en condiciones de batalla, es lo suyo; pero igualmente Iragorri ha mostrado que se mueve bien en esas mismas aguas. Si el pleito fuera en el debate y entre ellos, sería un agarrón célebre, pero eso va después de lo que determinen en Morena-PRD y la coalición. No descartemos que al final no sea uno ni el otro, tampoco un tercero trastocado por los misiles. Hay ciudadanos con perfil. No tenemos idea hasta dónde beneficie o perjudique a la coalición la reposición del proceso interno, lo que sí nos queda claro es que estas tres semanas y cacho para el cierre de registros serán intensas.

Falta de Oficio

La señora Elena Cepeda de León es una figura importante en la cultura nacional desde siempre. Por ello es la responsable de esa área en la Ciudad de México en el gobierno de Marcelo Ebrard. Se trata de una mujer que se ha ganado un prestigio, residente hace mucho en Morelos, a la que no se le debe hacer ninguna grosería como sucedió ayer en una sesión que tendría que ser solemne, pero que fue lamentable por los sucesos ahí vividos y con la más pobre presencia de legisladores en su accidentada y corta historia de dos años y medio. Los priistas se salieron, igual los panistas, porque un evento de trascendencia en la semana Internacional de la Mujer lo sentían que era un acto de precampaña de Graco Ramírez (hoy de nuevo aspirante a candidato a gobernador del PRD-Morena-PT y Convergencia al gobierno del estado). Él, Graco, es esposo de doña Elena Cepeda.

Y no había más de ocho diputados, incluyendo al priista Esteban Gaona, al independiente Luis Arturo Cornejo Alatorre, a la de Convergencia, Jessica Ortega; los perredistas que son tres y la organizadora, Tania Valentina Rodríguez, del Partido del Trabajo.

La legisladora Tania Valentina Rodríguez, responsable o coordinadora de este acto, mostró incapacidad en el trabajo previo, que pudo discutirse, incluso altisonantemente, pero en la Junta de Coordinación Política o en lo que llaman los diputados la conferencia. Ahí no hubo consenso, perece que ni siquiera se trató. Esto indica un manejo improvisado del quehacer legislativo y muestra el rostro famélico y pobre políticamente de una legislatura que es mal calificada y seguramente la historia la maltratará.

Se perdió la esencia de un acto donde tenía que honrarse a la mujer por falta de precisión y experiencia. Era para que el Congreso de Morelos se luciera y con él una de sus integrantes más participativas pero, ya vemos, con poca prudencia como es Tania Valentina. Los gritos y consignas desde las gradas es lo menos relevante. El tema es que la secretaria de Cultura de la capital del país no tuvo un marco como la ocasión ameritaba en el palacio legislativo de Morelos. Su esposo –esta vez presunta víctima circunstancial a no ser que sugiriera o indujera a la diputada petista, cosa que casi descartamos por la experiencia de Graco--, sentado en la primera fila, actuó como lo haría cualquier hombre en esa condición acompañando a su compañera. Fue discreto Graco, pero seguro está el columnista de que debe sentir que con esa ayuda de sus amigos y aliados no necesita enemigos.