El arribo de Manuel Martínez Garrigós, de acuerdo a quienes marcan los decibeles en las reuniones, excedió las expectativas, y se ratificó lo del primer piso que ha hecho frase práctica y obligada en los hechos, un priista de la plana mayor. Luego hablamos de la salida de los asistentes, sobre todo del alcalde de Cuernavaca, de esas que no se veían hace mucho.

Lo relevante es que el Consejo Político Estatal del PRI refrendó los acuerdos de sus homólogos nacionales y van abrir la competencia. Que participe el que crea que puede, primero para las diputaciones federales, como primer filtro. A partir de ahí el escenario será más claro. En el quehacer político cuando se practica profesionalmente no hay sorpresas, estas se daban en los días de centralismo e imposición. Esta vez, lo repetimos, no parece que hayan cargado ningún dado, la amistad, la lisonja, los regalos o las súplicas. Esta vez va a ser candidato a gobernador, a senador, a diputado local y federal, a síndico o regidor, quienes hayan demostrado contar con capital para ello. Lo demás es natural, las manifestaciones, los desgastes, los contratos mediáticos, las campañas infamantes de los desesperados, que lo saben bien, también tienen su lugar.

Se abre el espacio para las precampañas, válidas, que agoten los tiempos legales, que se cuerpeen, porque ningún partido puede permitirse el lujo de no ocupar este lapso de ley para preparar la masa grande con sus demás componentes. Es prudente, legal, social y políticamente. Son días de ordenar la casa. Luego viene la campaña formal, así irá uno solo.

Es preciso entonces mencionar que Manuel Martínez Garrigós salió del sindicato petroquímico de Jiutepec, en medio de una multitud que vitoreaba su nombre o apellido. A los eventos de su partido, los dirigentes llevan su gente, esta ocasión era de consejeros y no entraban todos. Bueno, la cosa es que ya es legal la contienda y que los que se metan al cuadrado saquen sus mejores fierros. Ya veremos quién es quién.

Juan y su Vida

“Respete a los demás pero

A nadie le tenga miedo”: Juan Salgado Vázquez.

Juan Salgado Brito, abogado y doctor en Derecho, político profesional, orador de excepción, se preparó desde jovencito para ser gobernador. Nunca lo ha negado ni ceja en su empeño. Forjado en el yunque de formación dura y estricta de una familia modesta, Juan es esencia pura de la cultura del esfuerzo. Lo conocemos hace muchos años, antes que el que escribe naciera, a través de sus padres y luego ya, físicamente, cuando incendiaba el foro de la inolvidable y viva primaria Benito Juárez o la Biblioteca central en aquellos memorables certámenes de oratoria. Todo ello tiempo atrás, mucho, que imaginara este columnista que haría comentarios de todo tipo en relación al funcionario público o al político.

Juan presenta a los morelenses su vida a través de la pluma siempre excelente de un verdadero luchador social, dueño de una congruencia escasa en estos tiempos de crisis política: el jojutlense Julián Veces Camacho, hacedor junto al buen Hugo Carvajal y el tenaz Juan Ignacio Suárez Huape, del cada vez más necesario “Correo del Sur”. Este trío son extracción de los cuadros formados bajo la égida de un hombre del mundo, grande, como es don Sergio Méndez Arceo, y años después forjadores del Partido de la Revolución Democrática y hoy mismo la expresión de la izquierda—izquierda en Morelos.

En los días siguientes comentaremos vivencias del niño, joven y señor Juan Salgado Brito, pero vale estar el domingo 16 en el antiguo edificio del Ayuntamiento de Cuernavaca. Mañana les compartimos exactamente el horario.

Rafa Reyes

Ayer renunció al cargo de secretario general del Ayuntamiento de Jiutepec, el licenciado Rafael Reyes, llegado desde niño a las filas del PRI, Rafael siempre ha permanecido ahí no obstante su área laboral en administraciones de otra filiación, como la que deja, que es perredista. Profesional, vertebrado en la tarea pública y política, Rafael seguramente trae su proyecto o es parte ya de algún otro en esta víspera electoral.

Además, sobra decir, Rafael Reyes tuvo un comportamiento en Jiutepec de caballero. Es un cuadro consolidado que merece buenas cosas.