Por años, las autoridades financieras han dicho que tenemos un manejo responsable de la macroeconomía. En 2011: inflación anual baja, 3.5%; finanzas públicas sanas, déficit del 0.5% del PIB; cuentas externas controladas, en la balanza comercial superávit de 108 millones de dólares en junio; abultadas reservas, 133,892 millones de dólares. Por su parte, la teoría enseña que para mitigar una contracción económica o recesión existen varios mecanismos contracíclicos por el lado monetario y fiscal, que buscan hacer menos grave la caída o de ser posible continuar por la senda del crecimiento. Es de resaltar que la crisis del 2009 fue pesimamente manejada, peor casi imposible. No se implementaron esos instrumentos: cayó el producto en 6.5%, el ingreso per cápita disminuyó en casi mil dólares: la pobreza creció en varios millones. Otro error de esa magnitud y preparémonos para una ruptura social.
UNA CRISIS, UNA OPORTUNIDAD
Por lo anterior, por el lado monetario, se podría implementar una política que tenga como objetivo bajar la tasa de interés. Hace menos atractiva la llegada de capital especulativo y además parte del que ya está invertido se iría, lo que provocaría un desliz controlado del tipo de cambio, es decir, una devaluación pequeña pero sostenida por un buen tiempo, lo que fortalecería las exportaciones y encarece las importaciones, generando una mayor demanda por lo productos locales tanto en el país como en el exterior. Lo que redundaría en generación de empleo para los mexicanos. Algo similar a lo que hacen los chinos. También se debería implementar un impuesto la capital golondrino. Inclusive, Brasil y Chile lo implementaron y hasta el FMI lo ha recomendado en ciertas circunstancias. Adicionalmente, con la caída en la tasa de interés el costo de pedir prestado al sistema financiero se abarataría.
Por el lado fiscal: incrementar el déficit para obras de infraestructura, carreteras, puentes, estacionamientos, presas, distritos de riego, plantas tratadoras de agua. Se da empleo a las constructoras, cementeras, acereras y a miles de trabajadores, con la ventaja de que es una industria intensiva en mano de obra y de insumos nacionales. Muchos dicen que hay que mejorar la calidad del gasto, aunque no dicen cómo, aquí van varias opciones. Hoy los funcionarios públicos de confianza tienen además del ISSTE, un seguro médico privado; que desaparezca este último y se invierta en la construcción de hospitales públicos. Los tres niveles de gobierno y muchos organismos descentralizados gastan miles de millones de pesos en publicidad, beneficiando al oligopolio de la comunicación; mejor dotar a los estudiantes de prepas públicas de libros de texto gratuito, aunque sea sólo un libro por alumno. Menos presupuesto a los partidos políticos y ese dinero destinarlo a incrementar el salario de los policías municipales. Menos dinero para el IFE y más para las Juntas de Conciliación y Arbitraje, para una ley más profesional y expedita, que tanta falta hace.
Quien sea, pero que se hagan complejos petroquímicos; dejemos de exportar petróleo crudo e importar gasolina. Es una tristeza y un absurdo que lo que estamos haciendo con el sector energético. La construcción de estos complejos genera mucho empleo mientras y ya terminado, sustituiría la dependencia externa que tenemos por gasolina y los miles de millones de dólares que cada aña se van al exterior.
Por favor, clase política, haga algo y no actúe en forma irresponsable, porque si no, nos vamos a empobrecer y hasta un estallido social de grandes proporciones podemos enfrentar. Si eso es lo que quieren, ya saben el camino.
Estimados lectores, hasta el próximo lunes: este artículo se publica en el periódico La Unión de Morelos, El Informador, El Tariácuri y en www.poderydinero.com.mx , gracias.