Sin embargo, durante los casi tres años de Jorge Morales Barud fue poco lo que su administración realmente consiguió, siendo evidente que sin el respaldo del gobierno estatal no puede lograrse gran cosa para el embellecimiento o rescate de tan importante zona cuernavacense. Pero la experiencia del alcalde ixtleco con respecto a la “intervención” en el centro la vimos siempre con varios de sus antecesores. De muchas formas pugnaron por aterrizar los proyectos respectivos entre los representantes de organizaciones civiles, a fin de evitar brotes de inconformidad. Recuerdo con demasiada claridad lo ocurrido en 2002 al entonces alcalde panista José Raúl Hernández Avila, quien padeció las posiciones aberrantes de quienes rechazaban la remodelación de las calles Hidalgo y Netzahualcóyotl. No obstante aquella amarga experiencia, ambas representaron, de alguna forma u otra, el modelo a seguir en otras importantes arterias citadinas.
2.- Con el anterior párrafo como marco de circunstancias quiero referirme hoy a los conceptos de “centro histórico” y “patrimonio de la humanidad”, aplicables de manera destacada a los casos de varios centros de importantes ciudades mexicanas, como los de Zacatecas, Querétaro, San Luis Potosí y Oaxaca, entre otros. Existen importantes reflexiones del doctor René Coulumb, ex director del Fideicomiso del Centro Histórico del Distrito Federal, sobre dichos conceptos. Este urbanista francés llegó a nuestro país hace tres décadas y media, con el pleno reconocimiento a su trabajo como sociólogo urbanista para la implementación de algunos programas tendientes a resolver problemas habitacionales del Distrito Federal. En los años 90 fue director del Fideicomiso del Centro Histórico capitalino y, como tal, partícipe en la elaboración del “Plan de Rescate” que firmaron, entre otros, los jefes de gobierno —tanto de la República como de la ciudad-, altos representantes del clero, del ámbito empresarial (como Carlos Slim), de los medios de comunicación y la sociedad civil.
3.- Coulumb ha considerado que las remodelaciones de centros históricos son poco efectivas sin una conducción política real que encamine a acuerdos respetados por todos los sectores que hoy, en forma anárquica, voluntariosa o interesada, “intentan dirigir la solución de los urgentes problemas que aquejan a esas zonas, que cumplen con la difícil función de centro político, histórico y simbólico de los estados”. Pareciera que Coulumb conociese a profundidad el caso del “centro histórico” de Cuernavaca. Y viene lo mejor, con relación al concepto de “patrimonio”. Dice Coulumb que “el patrimonio es algo que alguien siente suyo”. Desde esta perspectiva del urbanista francés, “el patrimonio de la humanidad es algo así como una vacilada. Quién sabe qué sea ‘la humanidad’. En realidad esa humanidad son los burócratas de la UNESCO”. ¡Sopas! Debo admitir, amables lectores, que al leer esta parte de los considerandos de René Coulumb me avergoncé, porque yo mismo he enaltecido los valores de otros centros históricos declarados por la UNESCO como “patrimonios de la humanidad”, sin considerar jamás, con estricto realismo, si esas zonas son efectivamente estimadas por sus respectivas sociedades. Así debería ser en teoría.
4.- Bien entonces, los cuernavacenses hemos estado inmersos en un grave problema, pues quienes moran y negocian en el “centro histórico” no tienen definido el concepto de “patrimonio”, ni de la ciudad de Cuernavaca, ni de la humanidad, lo cual es un sofisma.
Según Coulumb –y esto lo deberán tomar en cuenta las autoridades estatales y municipales si desean la aprobación social a nuevos programas de remodelación-, el problema real es el de la apropiación, de que alguien sienta como suyo el “centro histórico”. Decía Coulumb: “Puede ocurrir que los propietarios digan, bueno, esto es valioso; entonces mi propiedad vale más (…) Cuando yo estaba en el Fideicomiso me mandaron una encuesta muy inteligente donde preguntaban: ¿Qué beneficio ha sacado usted de que su vivienda sea parte del Patrimonio Histórico de la Humanidad? La respuesta fue siempre: ninguno”. Conclusión: el problema de fondo es si los cuernavacenses nos sentimos orgullosos en relación con algo, es decir con el centro citadino. Dejo la respuesta a los amables lectores.
5.- Cambiemos de frecuencia. En ocasión del Bicentenario del sacrificio del Generalísimo José María Morelos y Pavón, que se cumple el 22 de diciembre, el Congreso local efectuó ayer una sesión solemne en cuyo marco la presidenta de la Comisión de Educación y Cultura, Edith Beltrán Carrillo, recordó al Siervo de la Nación como genio de la guerra, jinete de la inmensidad, caudillo y el Rayo del sur. Dijo que a 200 años de su sacrificio en Ecatepec, Estado de México, “su legado está vigente para no desviarnos de la encomienda que tenemos en aras de una sociedad donde impere la justicia, la democracia, el respeto a la ley. Que no se nos olvide: Nadie puede interpretar el presente y mirar hacia el futuro, sobre todo quienes tenemos una representación emanada de la voluntad popular, si nos desapegamos de la herencia patria y de los hombres que la cincelaron a costa de su vida misma”. Pero queda claro que no todos los funcionarios están de acuerdo en honrar la memoria del General Morelos, particularmente por los límites que propone en sus Sentimientos de la Nación, como: “Que como la buena ley es superior a todo hombre las que dicte nuestro Congreso deben ser tales, que obliguen a constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia, y de tal suerte se aumente el jornal del pobre, que mejore sus costumbres, alejando la ignorancia, la rapiña y el hurto”. Quizás por eso muchos diputados faltaron a la sesión solemne que, además, fue marcada por la ausencia de otro tipo de altos funcionarios.
6.- El Poder Ejecutivo continuará en su propósito de descriminalizar el aborto en la entidad, luego de que el bloque PRI-PAN-PVEM-PANAL en el Congreso, arguyendo mayoritariamente un “sí a la vida”, votó en contra del tema en una iniciativa oficial sobre violencia contra la mujer y perspectiva de género, y de que apenas la semana anterior le repitió la dosis a los progresistas al votar en contra observaciones a aquella decisión, que insistían en obtener el aval para la postura gubernamental. Al margen del resultado del recurso legal que el Ejecutivo dice que promoverá, lo que la postura gubernamental exhibe es la deficiente conducción de los asuntos legislativos por parte de los operadores políticos oficiales, que no necesariamente, o no únicamente, son quienes ocupan las curules afines al gobierno perredista, lo cual puede derivar en una ríspida relación Ejecutivo-Legislativo y afectar otros asuntos que deban transitar por la aprobación de los diputados. A ver.