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Sociedad
Lectura 4 - 8 minutos

La música es para compartir, no para competir: Adrián Givaudan

El cantautor considera que si lo que haces en cuestión musical no comunica, no sirve

Adrián Givaudan, originario del Distrito Federal, es cantautor, hace música y además es egresado de las licenciaturas de Comunicación y Administración de Empresas por la Universidad Univer de la capital del país.


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“Soy comunicólogo y administrador, eso me da de comer, pero la música es lo que me da para vivir”, comentó.

En entrevista exclusiva para La Unión de Morelos, compartió que desde que tiene uso de razón, escribía cartas a Santa Claus para pedirle una guitarra. Al principio le llegó un saxofón, el cual fue de su agrado, al igual que una batería. Después intentó aprender a tocar el piano, pero siempre tuvo el gusto por la guitarra.

A la edad de 12 años fue cuando tuvo su primera guitarra. “Yo recuerdo perfectamente mi infancia cantando a Odisea Burbujas y a Topo Gigio, lo que era mi top ten del momento. Tengo varios familiares que tocan la guitarra; las bohemias han sido el pan de todos en casa, nadie se ha dedicado como tal a la música, yo soy la ‘oveja negra’ de la familia”, mencionó.

 

Su primera presentación oficial fue el 24 de noviembre de 2004, en el “Sapo Cancionero”, ubicado en Ciudad Satélite.

Adrián nunca ha tenido el gusto por participar en concursos de talentos musicales. “No se me da, ni quiero, ni lo intentaré.” Sin embargo, en una ocasión, Televisión Educativa lanzó un concurso de cantautores y por azares del destino, una persona que iba a participar no llegó, por lo que un amigo de él lo invitó a dicho concurso, pero le dijo: “En realidad estoy en chanclas y no tengo ganas de salir y no voy a ir. Y me comentó que si no asistía, iba a faltar un concursante y no se iba a poder llevar a cabo el concurso. Me convenció y decidí ir.”

En aquel concurso la gente era la que votaba y decidía quién ganaría, pero por la invitación repentina de aquel amigo, Givaudan no llevó porra.

El concurso tuvo dos etapas: la eliminatoria (la cual pasó) y al otro día la final. En ésta le tocó competir con el amigo que le había hablado originalmente y cuando dieron el resultado final, Adrián fue favorecido con el premio, que consistió en la realización de un videoclip (en Youtube aparece como “Sin Ti”).

“Ese es el único concurso que me ha marcado definitivamente mi vida profesional como músico. Creo que la música es para compartir, no para competir”, sentenció.

Givaudan refirió que “más que inspiración para componer mis letras musicales, es transpiración; te inspiras en lo que vives y muchas veces yo no soy el que vive las historias. Las canciones que yo escribo se catalogan en tristes, depresivas, de superación personal y de amor prohibido”.

El género para el que Adrián escribe es el pop. Inició haciendo trova, canción social y contestataria, y afirmó que lamentablemente en México todo mundo se queja de lo que nos pasa, “pero no nos documentamos para quejarnos con  argumentos, ya que tenemos una realidad suficientemente cruel”.

En este sentido, señaló: “Tristemente, una canción no va a cambiar el curso de la Historia; se puede hacer despertar una que otra persona, es por eso que el cantautor escribe más de las cosas cotidianas”.

La primera canción de Givaudan llevó como título “La promesa del barrio”, la cual nunca ha grabado. Es de “cuando tenía 17 años, cuando me salía de clases para irme a cantar, y ahora desearía encontrarme a mis profesores de la preparatoria que me decían: ‘Eso no te va a dejar nada bueno, deja esa guitarra’. Es como la historia de la cigarra; no conozco a un cantautor que no se identifique con la historia para componer”.

En relación con su oficio, Adrián dijo: “La carrera de músico es una carrera de resistencia, más que de velocidad; si eres lo suficientemente terco como para seguir tus sueños, si no los alcanzas, te acercas un poco más, pero eso es lo importante, intentarlo”.

Las influencias musicales de Adrián Givaudan se encuentran en el rock urbano y en el rock en inglés, así como Pink Floyd, Enrique Iglesias y Luis Miguel.
“Yo estaba buscando en mi casa un disco de música ranchera y me encontré un acetato que decía ‘Silvio Rodríguez’, y en lugar de encontrarme al ‘Caballo viejo azabache’, me encontré al ‘Unicornio azul’. Me encanta (Joaquín) Sabina, es uno de mis letristas favoritos, ya que tiene unas letras inigualables a nivel literario, como Serrat, Silvio Rodríguez, Amaury Pérez, Chico Buarque y Bob Dylan”, manifestó el músico.

Givaudan ha realizado giras por 27 estados de la república; las únicas entidades en las que no se ha presentado en concierto son Nayarit, Tlaxcala, Durango, Tabasco y Tamaulipas.

Asimismo, también ha visitado el extranjero: Colombia; Madrid (España), Holanda y Frankfurt (Alemania).

Al principio, la familia de Adrián insistía en que dejara la música, pero ahora lo apoyan y lo alientan para que no la deje.

“La familia se preocupa por lo que uno hace. En mi caso, he tenido la fortuna de no hacerles caso cuando me conviene y de hacerles caso cuando me conviene también. Cuando dejé la universidad por segunda vez fue a causa de la familia que regresé, pues me decían que estaba loco; después claudiqué y regresé a la universidad. Al final del día, la escuela te da muchas cosas que no te da la universidad de la vida o la experiencia de andar cantando”, compartió.

El cantautor cuenta con dos discos; uno de ellos lleva como título Gritando quedito y el otro Sin ti conmigo. Éste es de género rock pop.

Actualmente tiene un disco en puerta que llevará por nombre Clandestino. Dicho material contendrá temas de amor prohibido. “Tienes que tener una disciplina para escribir, no se le permite a los que escribimos cometer errores gramaticales y ortográficos; para hacer una canción tienes que leer mucho, ver películas y aprender de toda la gente, eso es básico”, afirmó.

Adrián considera que la gente es el mejor termómetro para la crítica musical, sea buena o mala. “Yo valoro las dos: no me gusta que me endulcen el oído… El mejor crítico de todos es la gente, tu público.”

Adrián también se dedica a la producción de jingles para radio y televisión, crea música para comerciales, graba música para connotadores, narraciones de videos corporativos y campañas publicitarias.

“Cuando no estoy haciendo música, estoy trabajando en esto. Al final del día, la música es un negocio que tiene que ser administrado, y que también tiene que comunicar: si lo que haces no comunica, no sirve”, aseguró.

Por último, el cantautor invitó a todos los lectores a que escuchen su música. En la página web se encuentra como adriangivaudan.com y en Youtube como Adrián Givaudan.

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Comunicóloga de profesión y músico por gusto, toco el saxofón y soy cantante. Mis ratos libres los dedico a estudiar música y ejercer mi pasión por el periodismo.

Adriana Belmontes

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