De última hora, el perro se salvó de la inyección letal y ahora su suerte depende de lo que decidan las autoridades municipales de Tlaltizapán. Mientras, permanece en el rastro municipal.
A pesar de que el menor fue llevado al hospital Meana tras ser mordido por el animal, las heridas en rostro y cabeza fueron tan graves, que llegó prácticamente sin signos vitales a la institución.