“Caminar es la gran aventura, la primera meditación, una práctica de cordialidad y alma primaria para la humanidad. Caminar es el equilibrio exacto entre espíritu y humildad”.
Gary Snyder.
Caminar es la actividad más común del ser humano, es el ejercicio motor que nos impulsa hacia nuestro destino. Caminar también ha sido algo que se ha perdido en los últimos años, la culpable, el automóvil, pero también el mal urbanismo planeado desde el escritorio por arquitectos que jamás imaginaron el futuro de hoy.
En el siglo XIX y principios del XX Henry Ford produce lo que hoy conocemos como el automóvil, lo produce a una escala masiva, popularizando su producto en los Estados Unidos y el mundo entero, cambiando por completo la percepción e identidad de las ciudades.
La planificación urbana contemporánea pone en el centro de atención en todos los proyectos al automóvil, creando propuestas aisladas de la gente y por ende del hacer ciudad, que esto último contempla, en su mayoría, al peatón. La movilidad de nuestras ciudades ha olvidado que somos peatones de origen y de las posibilidades que esto conlleva en propuestas más amigables con los contextos urbanos.
Para cuestiones de este artículo es importante conocer cuáles son las distancias caminables para futuros proyectos que involucren como eje central de diseño al peatón.
Libros como Streets for People de Bernard Rudofski (1971) nos presenta una técnica para entender las correctas distancias que un peatón es capaz de recorrer, esto influye la edad y la actividad. La técnica de retícula en diagonal es la más acertada, a mi criterio. La técnica propuesta optimiza la ubicación de los centros de actividades-equipamiento a distancias iguales. La técnica se resume al tomar un cuadrado de 400 m X 400 m (16 ha), como criterio de influencia, pero si tomamos solo las caras como recorrido o las mismas 16 ha, existirá una ineficiencia del 100% para los recorridos. Si a esto le aumentamos el criterio diagonal de 400 m recorribles, ofrece la ventaja de incorporar 16 hectáreas más al área de influencia, es decir 32 ha (fig. 01). Área de influencia = distancia caminable X2. El tema es extenso y por motivos de espacio no será posible entrar a detalles, sin embargo, me atrevo a decir que la técnica de retícula es un parámetro muy asertivo al momento de planificar ciudades y en lo personal el nuevo urbanismo se debe de orientar hacia ciudades más caminables y amigables con la gente y dejar atrás, por un momento, al automóvil.