La “gentrificación” es el fenómeno urbano de moda y bajo este concepto las ciudades latinoamericanas se han vuelto el espacio de lujo para poder vivir; un área donde solo los acaudalados pueden estar y cada vez las comunidades más vulnerables tienen menos acceso.
La vivienda intraurbana es el modelo a seguir en este nuevo urbanismo: Me es imposible hoy en día pensar proyectos de vivienda multifamiliar alejado de los centros urbanos. La estrategia no es sencilla porque implica, antes que nada, “voluntad política” y un estratosférico trabajo de anticorrupción, pero sobre todo requiere suelo apto por las regulaciones urbanas y servicios de infraestructura.
La estrategia ya la conocemos y la historia ha sido la encargada de mostrárnoslos, es decir que necesitamos conjuntos habitacionales altamente densos a baja altura con prototipos de vivienda flexible y progresiva con una excelente proximidad entre lo público y lo privado, logrando mezclas de usos de suelo dentro del mismo predio tal como educación, comercio, espacio público y vivienda.
No obstante, la vivienda intraurbana no debe de carecer de identidad barrial, porque la vivienda es la base de las ciudades y de la planeación urbana. Si la vivienda carece de identidad, por ende todo el barrio carecería de identidad.
¿Cómo vamos a definir la identidad del barrio?
A través del diseño participativo, involucrando a las comunidades en los procesos creativos, nunca dar un paso sin la clara aprobación de los comités vecinales. Exigir nuevas regulaciones de usos de suelo que permitan una mayor flexibilidad en las propuestas urbanas, sobre todo para la vivienda multifamiliar. En otras palabras, debemos enfocar nuestra atención a las siguientes estrategias:
- Rehabilitación de la vivienda unifamiliar
- Creación de estacionamiento generales para el barrio y sus habitantes.
- Edificación de vivienda multifamiliar de alta densidad a baja altura.
- Creación o rehabilitación de espacios públicos.
- Cambios de usos de suelo. Del habitacional de baja densidad al habitacional mixto de alta densidad; para tener en una misma estructura comercio, oficinas y vivienda.