Hablar del patrimonio arquitectónico es hablar de la historia de nuestra ciudad. Monumentos y edificios de relevancia empapan el paisaje de los principales núcleos urbanos de la mayoría de las ciudades mexicanas.
El patrimonio es un tema de actualidad, presente en ámbitos culturales, sociales y educativos. Entendiendo que patrimonio arquitectónico es aquellos edificios y conjuntos arquitectónicos que por sus valores históricos, culturales y emblemáticos son significativos para la sociedad que les otorga el carácter de legado (léase El patrimonio arquitectónico, una fuente para la enseñanza de la historia y las ciencias sociales, de Lleida Alberch, Margarita).
Los espacios arquitectónicos son los lugares donde se desarrollan los seres humanos. En ellos transcurre la vida familiar y social, pero también los principales hechos públicos y políticos. La arquitectura en este sentido es visto como un escenario donde contar una historia y, por ende, el patrimonio arquitectónico es el escenario del pasado, un fiel reflejo de tradición y preservación. Es importante mencionar que no solo los edificios son los principales acreedores a un patrimonio arquitectónico, sin embargo, también se puede catalogar como patrimonio arquitectónico a los jardines y a los conjuntos históricos.
El patrimonio arquitectónico tiene una profunda importancia cultural: un edificio aporta a nuestro país un sinfín de información, tienen un valor documental, algo así como el “paso a paso” de la evolución de nuestra ciudad. Un edificio como documento histórico establece una secuencia cronológica de los elementos que la componen, por ejemplo: su época, su técnica constructiva, el material utilizado, las herramientas, la decoración, los grabados, la importancia del inmueble en un hecho histórico, etc.
El tema es demasiado largo para desarrollar en tan poco espacio, sin embargo, me atrevo a decir que el estudio relacionado con el patrimonio arquitectónico, llámese de investigación, restauración, etcétera, es una de las materias más complejas y de extrema paciencia que se estudia en la arquitectura. Mi respeto a los profesionistas encargados de mantener nuestra historia viva.