Con el semáforo amarillo los clientes comienzan a regresar a su estética.
“El trabajo en la estética paso a ser un segundo trabajo, tuve que buscar otro trabajo que me dejara más ganancias y poder estar estable económicamente” esto relató Verónica Álvarez, quien se dedica a cortar el cabello en el poblado de Acapatzingo.
La trabajadora comentó que desde el inicio de la pandemia sus ingresos han decaído drásticamente: “unas semanas después de iniciar la pandemia, me quedé sin citas para los cortes de cabello. Cómo cerramos por no ser indispensables, estábamos atendiendo bajo cita, porque tampoco podía dejar mi trabajo de la noche a la mañana, pero de repente me di cuenta que nadie hacía citas y fue cuando mis ingresos se fueron para abajo. Por eso me vi obligada a buscar otra cosa en la cual trabajar”.
Sin embargo, Verónica Álvarez no dejo que el covid-19 acabara por completo con su negocio: “no me rendí, a pesar de no tener clientes, y tener otro trabajo, yo seguí apostando por mi pequeña estética que tanto trabajo me costó mantener. Ahora que ya podemos abrir y que está situación va mejorando, los clientes empiezan a llegar, de poco en poco pero ya se están haciendo presentes”.
La entrevistada mencionó que otro factor que le impide tener su negocio como antes, es la inseguridad en la colonia: “es bien complicado que encuentres alguna tienda o negocio abierto si ya pasa de las ocho de la noche. En la colonia hay muchos asaltos y robos porque la gente se queda sin dinero. Yo por eso cierro temprano, por seguridad mía y de los clientes, aunque algunos clientes no pueden venir temprano, prefiero decirles que los atiendo el fin de semana para no correr ningún riesgo”.