En esta ocasión, los indicios de ese noveno planeta al menos provienen de investigadores tan fiables como Konstantin Batygin y Mike Brown. Ambos son reputados científicos planetarios en el Instituto Tecnológico de California (Caltech). Brown, de hecho, es uno de los descubridores del planeta enano Eris, y de Sedna en 2003. A día de hoy, Sedna es el objeto transneptuniano más lejano que se conoce.
Sabedores de las enormes dosis de escepticismo que genera cualquier nuevo descubrimiento sobre el mítico Planeta X, los dos investigadores se han armado de cálculos y simulaciones que, aseguran, prueba la existencia del astro.
Las conclusiones de Batygin y Brown se basan en el análisis de las extrañas órbitas de otros seis objetos transneptunianos, especialmente la de Sedna. Según los investigadores, solo hay una posibilidad entre 15.000 que esas órbitas se deban a la casualidad. La explicación que ofrecen es que las órbitas de esos pequeños planetas y asteroides se deben a que se ven afectadas por la gravedad de un planeta de una masa al menos 10 veces superior a la Tierra.
Ese hipotético planeta que tira de los objetos transneptunianos hacia afuera fue desplazado del Sistema Solar hace alrededor de 4.500 millones de años y su órbita se estabilizó a una distancia enorme del sol: entre 600 y 1.200 unidades astronómicas. Una unidad astronómica es la distancia que separa la Tierra del Sol, alrededor de 150 millones de kilómetros.
Los dos astrónomos de Caltech son los primeros en reconocer que el “descubrimiento” es solo una hipótesis basada en cálculos. Hasta que no se logre una observación o detección directa del objeto, la comunidad científica no va a aceptarlo. La buena noticia es que los cálculos de ambos investigadores podría facilitar la tarea de hacia dónde mirar. [Caltech vía Science] [Gizmodo]