La crisis pone en riesgo las fuentes de empleo, señalan comerciantes.
Cuautla.- El incremento en los precios de los productos de la canasta básica hasta en un 60 por ciento amenaza al comercio formal, el cual ha visto desplomarse sus ventas considerablemente, lo que, de continuar con esa tendencia, muy pronto no tendrán ni para pagar la operatividad de sus establecimientos, aseguró Miguel Leana Vélez, representante de los comerciantes organizados del Centro Histórico.
“De acuerdo a los números oficiales, son aumentos del ocho por ciento; pero si somos prácticos, en los números creo que todo raya en un 50 a 60 por ciento. Definitivamente no hay bolsillo que lo resista, sobre todo cuando se está atado a un salario mínimo”, apuntó.
Asegura que además de la elevación de los precios por la inflación, las obras de remodelación del Centro Histórico les ha frenado las ventas, al impedir que los consumidores lleguen a sus establecimientos, sin que el Ayuntamiento de Cuautla tenga un plan de acción para prevenir una crisis mayor, pues hasta ahora no los han tomado en cuenta para conocer el calendario de obras a fin de programar el abasto de sus inventarios.
“Dicen los especialistas que en dos años podremos ver piso parejo y creo que difícilmente lo vamos a aguantar, porque cada vez que aumenta un producto, los comerciantes nos descapitalizamos y no tenemos el suficiente capital para seguir a la par; a eso hay que sumar que las autoridades locales no ayudan”, indicó.
Leana Vélez subrayó que la crisis está llevando a los fabricantes a reducir el contenido de sus productos para crear la falsa impresión de que las familias pueden acceder a sus productos. “Estamos mirando que varios productos… El aceite, que era de un litro, hay algunas marcas que ya van hasta en 800 mililitros para tener un costo accesible, pero eso no es más que un engaño. Otro ejemplo: el papel de baño, su gramaje era de 450 hojas; ahorita andan en 380, que afectan la economía de las familias”.
Manifestó que esta espiral de precios está afectando a las personas de menos recursos económicos, pues cada vez es más difícil acceder a los productos básicos que están por las nubes. “Como consecuencia, las familias buscan lo más económico, pero la economía está totalmente colapsada. Me acuerdo que hace poco todavía decíamos que aunque sea con un huevito con frijolitos la libramos, pero ahora el kilo de huevo está rondando más de 50 pesos; el frijol, ni se diga… Lejos de que la gente pueda comprar lo de siempre, sólo compra lo elemental”, añadió.
Dijo que el recorte en el gasto de las familias se refleja en los comerciantes, quienes, de tener ventas por alrededor de tres mil 500 pesos, ahora sólo llegan a tener ventas de mil o mil 500 pesos. “Eso nos pone en riesgo porque no alcanza para cubrir los requisitos que el mismo negocio te pide; las ventas se redujeron en un 60 por ciento, que pone en riesgo a los negocios formales y con ello las fuentes de empleo”, aseguró.