Ante tal decisión de política pública, han existido diferentes posicionamientos. Varios economistas, particularmente los ligados a la izquierda, han criticado la decisión de quitar el cobro de la tenencia porque es un impuesto progresivo, recae sobre los sectores de la sociedad más pudientes que es un principio básico de todo sistema impositivo: cobrar más a quien más tiene; aunque estos mismos economistas pasan por alto que el IVA en medicinas cumpliría el mismo requisito, ser progresivo, pero en este caso no se han manifestado a favor de gravar las medicinas. E incluso cada vez que sube la gasolina critican esa decisión. Aunque en el fondo los incrementos a ésta implican que se reduzca el multimillonario subsidio que destina el gobierno federal a mantener este hidrocarburo relativamente más barato en México que en otros países como Guatemala, Belice, Cuba y Estados Unidos. De manera que sus posicionamientos parecen más obedecer a una lógica partidista, aun y cuando parte de sus argumentos tengan un fundamento técnico. Sin embargo, y ante esta nueva realidad impositiva, la pregunta pertinente es:
¿Qué harán los propietarios de vehículos, las armadoras y las empresas vendedoras?
Debido a que no todas las entidades decidieron lo mismo respecto a este impuesto, es de esperar que los propietarios de vehículos buscarán sacarle el mayor de los provechos a esta nueva realidad. En el caso de Oaxaca muchos ciudadanos irán a dar de alta su carro a Puebla, entidad vecina que quitó la tenencia; en las calles del DF veremos circular un buen número de vehículos con un valor superior a los 350 mil pesos portando placas del estado de Morelos, donde se abolió ese impuesto, y en contrapartida habrá menos carros circulando en Cuernavaca con placas del DF, particularmente los que excedan del valor de 350 mil pesos.
Por su parte, las empresas armadoras de vehículos y las vendedoras buscarán a toda costa evitar que los vehículos que ahora se cotizan por arriba de los 350 mil pesos tengan que pagar la tenencia. Pensemos en un vehículo que en la agencia debería tener un precio de 400 mil pesos, pero ante la nueva realidad impositiva será ofrecido y se facturará por 350 mil pesos, para evitar pagar la “odiada” tenencia; sin embargo, la empresa comercializadora recurrirá a las siguientes “artimañas”: entregará el flamante vehículo sin tapetes, sin llanta de refacción, sin equipo de sonido, sin aire acondicionado, sin “gato” hidráulico ni cruceta, y propondrá al cliente que si quiere esos aditamentos, deberá pagar adicionalmente 50 mil pesos para que el vehículo tenga todas esas comodidades, sin aparecer en la factura. De tal manera que la empresa comercializadora logrará su cometido de recibir 400 mil pesos y el dueño del vehículo evitará pagar el impuesto vehicular ya que tendrá una factura de 350 mil pesos. Quizá le parezca exagerado el ejemplo, pero seguramente se queda corto ya que si las “artimañas” arriba mencionadas no son suficientes, pudieran llegar a extremos patéticos de entregar los automóviles prácticamente sin gasolina, aceite, líquido de frenos, sin llaves de repuesto, llantas de menor calidad, sin antena o en sí cualquier artículo que permita facturar el vehículo en 350 mil, pero que por fuera el cliente se vea forzado a pagar ese diferencial, de tal manera que la empresa vendedora de autos seguirá recibiendo el precio que actualmente tienen las unidades y evitándole al cliente que pague el “odioso” impuesto. En sí surgirán tantas formas que no es posible imaginarlas todas; simplemente podemos intuir que se hará práctica común el emitir facturas de 350 mil cuando la transacción en realidad fue muy superior.
Habrá casos en que aun recurriendo a esas prácticas no será posible facturar el vehículo en 350 mil pesos, particularmente los importados. Por lo que habrá vehículos que se facturarán a 437, 500 pesos, con lo cual lograrán que sólo se pague un año la tenencia, ya que para el caso del DF la ley prevé una depreciación del 20 por ciento del valor del automóvil el primer año. De tal manera que al año siguiente tendrá un valor comercial de 350 mil pesos y quedará exento de la “odiosa” tenencia. Si lo anterior le parece kafkiano, déjeme decirle que la realidad será mucho más increíble.
Estimados lectores, hasta el próximo lunes. Esta columna se publica en diversos medios impresos y en la dirección electrónica www.poderydinero.com.mx. Gracias.