Es un pequeño y hermoso poblado que aún mantiene algunas casitas de adobe y cuexcomates en sus patios o solares; muestra representativa de la arquitectura vernácula, con un templo del siglo XVIII apoyado en un muro lateral a una capilla del siglo XVI.
Existen evidencias de que los primeros asentamientos humanos en el área fueron Olmecas.
Chalcatzingo en el periodo preclásico medio debió ser cabecera de un área y el centro regidor entre pueblos y aldeas muy distantes entre sí. Evidencias arqueológicas indican que comercializaban con poblaciones de la costa del golfo, el altiplano central y la costa pacífica.
La zona arqueológica de Chalcatzingo se encuentra situada a dos kilómetros al sur del pueblo y es una de las más importantes del estado de Morelos. Esta zona abarca una extensión bastante grande, desde el cerro de la cantera o de Chalcatzingo, (la montaña sagrada) hasta cerca del pueblo.
Tiene una plaza de unos 60 metros y va descendiendo por medio de terrazas hasta perderse en la planicie natural del terreno.
La montaña de Chalcatzingo o cerro de la cantera causa una impresión de solemne monumentalidad, es posible que los grupos prehispánicos, la hubieran considerado como una montaña sagrada y el centro u origen de algún concepto místico religioso.
Tal vez esa montaña fuera uno de los factores de más peso para que el centro ceremonial de Chalcatzingo se convirtiera en el centro de intercambio comercial y cultural entre sitios tan alejados como La Venta y otros sitios en la costa del golfo, con Tlatilco en el altiplano central y otros lugares localizados en los actuales estados de Guerrero y Oaxaca donde existen restos de la cultura Olmeca.
La antigüedad de los relieves del cerro de la cantera de Chalcatzingo corresponde al periodo Olmeca arcaico (1100 a 600 A.C.). Durante la etapa posclásica (1250-1521) esta región fue ocupada por el grupo Chalca en este tiempo se construyeron adoratorios en las antiguas ruinas de Chalcatzingo.
En 1932 después de una fuerte tormenta quedó al descubierto una parte del relieve llamado El Rey, sobre una gran peña, es un personaje que se encuentra sentado en la entrada de una caverna, tiene hermosas representaciones de nubes, gotas de lluvia y plantas. La caverna puede ser las fauces de un jaguar vista de perfil. La profesora Eulalia Guzmán, acudió al sitio y ordenó se removiera el escombro que aún lo cubría y después de varios días de trabajo se pudieron fotografiar y dibujar algunos relieves descubiertos; la gran roca fue descrita y publicada por primera vez en 1934, como restos de la cultura Olmeca.
En 1952, el sitio fue explorado por Román Piña Chan, ese año consolidó y reconstruyó la pirámide tablero-talud, la cual determina una secuencia de la vida cultural por más de 1500 años.
En 1967 Carmen Cook de Leonard publicó un artículo sobre una escultura y otros materiales provenientes de Chalcatzingo.
En 1971 Carlos T. Gay publicó un lujoso libro muy bien ilustrado donde incluía muestras de pinturas rupestres, unos elementos que habían pasado inadvertidos anteriormente, denominados altares, y algunos relieves más que no se habían publicado aún. Una serie de exploraciones arqueológicas en la cuenca oriental del estado de Morelos realizadas por el Dr. David C. Grove proporcionaron más datos y crearon la necesidad de explorar un sitio clave como Chalcatzingo partiendo de los planes llevados a cabo por el Dr. Grove y el arqueólogo Jorge Angulo, desde 1970.
Entre 1972 y 1974 el Instituto Nacional de Antropología e Historia en colaboración con la Universidad de Illinois en Urbana, iniciaron una temporada de exploraciones que obtuvo también el apoyo económico de la National Geographic Society y la National Science Foundation. En la zona arqueológica de Chalcatzingo hay varios montículos sin explorar, pero lo más interesante son los bajorelieves grabados en las rocas del cerro de la cantera.
Actualmente, el Centro INAH Morelos continúa trabajando en el estudio, investigación, salvaguardia, conservación y divulgación de este patrimonio arqueológico.
Este lugar cuenta hoy en día con un pequeño y modesto museo de sitio comunitario, el cual fue inaugurado el 24 de noviembre del 2004, contiene varias piezas recabadas de la zona arqueológica como son: el entierro (esqueleto real que está a la vista de los visitantes), vasijas de barro completas e incompletas, figurillas de tepalcate que nos muestran los utensilios que ellos ocupaban, piedras grabadas y basamentos de la época de los Olmecas.
Sin duda, un extraordinario lugar para tomar fotografía de paisaje y conocer la riqueza cultural e histórica de una zona arqueológica como Chalcatzingo, cuya historia se remonta unos 3500 años y destaca por su ocupación Olmeca en el centro de México.
TEXTO:
GERARDO GAMA HERNÁNDEZ
PROFESOR INVESTIGADOR DE LA UAEM
FOTOGRAFÍAS:
FERNANDO RUIZ VÁZQUEZ
EGRESADO DE LA ESCUELA DE TURISMO UAEM